El proyecto consta de cuarenta y siete viviendas distribuidas en tres bloques minimalistas, siguiendo un máster plan predeterminado que preserva los robles de la parcela.
Los estacionamientos se encuentran semienterrados y se abren directamente al exterior, separados por una malla metálica evanescente que contribuye al paisajismo del lugar. Además, están parcialmente cubiertos por un techo verde.
Los volúmenes que albergan las viviendas están apoyados sobre la superestructura de los estacionamientos, ligeramente suspendidos, evitando el contacto con el jardín y su suelo.
El tono gris del hormigón sugiere una neutralidad que implícitamente da prioridad a la vegetación y al medio ambiente.
Cada planta está diseñada con extrema sencillez y alberga de dos a cuatro unidades. Los niveles se comunican mediante una escalera que permite el ingreso de luz natural.
Cada departamento se beneficia de su doble orientación y de sus balcones habitables que amplían los espacios interiores con una generosa cantidad de espacio abierto, con vistas a la ciudad y a los árboles.
Una estructura de acero lacado remata los balcones del nivel superior, creando una ligera corona que recuerda a las “folies” erigidas dos años atrás en el Parque de Bagatelle, un jardín botánico en las afueras de París.