El edificio, diseñado por MoGS, se encuentra emplazado en el barrio de Palermo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en un terreno de 8,60 m de frente y 43 m de fondo, un sector de la ciudad donde el tejido es constituido principalmente por PHs con sus tradicionales circulaciones exteriores, patios internos y terrazas. Las condiciones urbanísticas actuales del sitio establecen un volumen edificable y una cantidad de metros cubiertos construibles limitada que resultan en una porción de aire considerable para incorporar dentro del proyecto, y una altura máxima que habilita la construcción de cuatro pisos y medio.
Se proyectaron dos volúmenes separados por un gran patio y a su vez vinculados por un núcleo de circulación exterior semicubierto, el cual participa en todo su recorrido. Un movimiento de la cota cero habilitó a construir un quinto nivel en el contrafrente, permitiendo agrandar el tamaño del patio central y dotándolo de las dimensiones necesarias para ventilar ambientes principales, al mismo tiempo que lo recalifica, independizándolo del movimiento de autos y permitiendo la incorporación de un espacio verde. El volumen del frente se desarrolla en cuatro niveles con una planta baja de una altura y media mejorando las condiciones del acceso y del local comercial.
Con dos frentes de ventilación opuestos, las unidades se organizan en cuatro franjas programáticas; la expansión, el área pública, baños y circulaciones, y el área privada. Esta última se ubicó hacia el patio interior permitiendo que las dos primeras ventilen hacia el frente y el contrafrente respectivamente y puedan aprovechar todo el ancho del lote. El sistema estructural responde, acompaña y ordena estos cuatro sectores.
En la planta baja contrafrente, medio nivel arriba, se ubica una unidad resuelta con autonomía del resto. Sin necesidad de utilizar el núcleo vertical, se accede a través de un patio propio y se organiza como un gran ambiente flexible preparado para oficiar de estudio o vivienda.
Privilegiando el uso activo de los espacios exteriores, el frente y contrafrente se estructuran en base a cuatro módulos de cerramiento. Tres módulos de carpinterías corredizas que se pueden apilar delante de un cuarto módulo ciego, integrando, de este modo, la expansión y el espacio interior. Una serie de montantes metálicas tomadas a la estructura de hormigón recuperan estos cuatro módulos sobre las fachadas del edificio y funcionan como soporte para todas las barandas de las expansiones.