Los gorilas bebés jugaban en los árboles y corrían entre los ejemplares adultos, que se sentaron cómodamente a comer hierba y cortezas. Era una escena doméstica. Encontraron su lugar entre los árboles e improvisaron sus casas. Aunque no había paredes ni techos, los árboles, la hierba alta y las enredaderas se entrelazaban con ellos, y las superposiciones y los contornos creados por los desniveles del terreno, fueron encerrando la presencia de los habitantes para formar esa cómoda densidad que podríamos llamar una casa. Arquitectura vernácula en el bosque de los gorilas.
Además de los elementos estructurales, como las vigas de tubo, los elementos de acero, los pilares y arriostramientos, hay escaleras, balaustradas, marcos de ventanas, muebles, cortinas, ropa y otros tantos artículos: árboles, macetas, bicicletas, una regadera, palas y, además, una gran cantidad de libros, DVDs y cintas de video producidas por el propietario, diseminadas para configurar escenas de la vida cotidiana. Las capas de líneas se entrelazan desde el exterior hacia el interior de la casa, para que cada habitante pueda vivir libremente y encontrar su propio entorno relajante.
Para el jardín se eligió vegetación comestible: árboles frutales, hierbas, vegetales, y también plantas que puedan utilizarse como flores cortadas al podar. Se amplió el espacio habitable y las terrazas que sirven como plataformas para la cosecha. También se incorporó una escalera alrededor de los árboles que requieren poda regular y una pasarela junto al camino a lo largo de la cerca donde crecen las vides, entre el espacio enmarcado por los tubos de acero. Así como las estructuras y los objetos coexisten en el interior, la convivencia de las plantas y la estructura generan una continuidad densa en el exterior.
Por razones de costo, mantenimiento, y la posibilidad futura de expandir y reconstruir la casa, se eligió una estructura de madera para el interior mientras que la estructura exterior es de acero. Los tubos individuales pueden montarse y desmontarse fácilmente con abrazaderas, lo que permite personalizarlos de acuerdo con las demandas de la vida diaria, como cambiar las puertas, agregar una nueva baranda o puntales para colgar cosas. El límite entre el edificio y el jardín está formado por capas de aluminio, madera y acero, según las necesidades de cada estancia. Hay ventanas corredizas grandes y pequeñas, ventanas salientes, ventanas batientes simples y ventanas de persianas. Al abrir y cerrar las hojas, la casa fluye hacia el jardín y el jardín se cuela en la casa, de modo que dos escenas superpuestas crean un espacio de vida tan cómodo como un bosque de gorilas.—