Al igual que nosotros, las plantas crecen y los edificios envejecen. Partiendo de esta premisa, el equipo de one-aftr transformó tres antiguos edificios abandonados en la ciudad de Jeonju-si, Corea del Sur, en un innovador café.
El proceso de deterioro de los mencionados edificios fue natural. Las tejas de hormigón del tejado caían dentro de las construcciones, mientras las correas se erosionaban y los armazones de madera se pudrían. Debido a estos daños estructurales, el tejado se abrió al cielo y el suelo se convirtió en tierra.
Los tres bloques existentes, antiguamente utilizados como dormitorios para los trabajadores de una fábrica cercana, fueron abandonados y tomados gradualmente por plantas silvestres. Esta decadencia transformó poco a poco el lugar en un jardín interior, proporcionando una suerte de santuario para la vegetación.
El reducido tamaño de las unidades y la proximidad de los edificios hicieron inviable el mantenimiento completo de la estructura existente para su uso actual.
Por tanto, se demolieron sistemáticamente secciones de los muros y del tejado para permitir una mejor circulación del aire, la penetración de la luz solar, oportunidades para el crecimiento de las plantas y espacios para el esparcimiento de las personas. Además, se liberó al edificio existente de sus cargas estructurales.
Tras esta deconstrucción parcial, se instalaron nuevas columnas y estructuras de tejado.
El edificio norte, ahora una cafetería, es el único espacio totalmente interiorizado, aislado y climatizado. En el edificio central se eliminaron todos los muros excepto los dos laterales exteriores. Se excavó más el suelo para crear un jardín hundido, un espacio al aire libre donde crecen árboles y césped. En el edificio sur se conservaron los muros interiores, pero se demolieron los que daban al edificio central y al solar vacío. Esas unidades se transformaron en asientos de suelo elevado. Para conectar los edificios existentes, se construyó un camino alargado en el extremo oriental del solar.
Desde su deterioro gradual frente a las fuerzas de la naturaleza hasta los esfuerzos deliberados de los arquitectos por insuflar nueva vida a este emplazamiento, Dabang ofrece un espacio que integra plantas, seres humanos y el entorno construido.