El nuevo edificio de viviendas y usos mixtos se estructura en torno a un claustro central al que se abren las unidades. Una de las premisas centrales del proyecto fue impulsar la creación de micro comunidades dentro del complejo. Para ello, se desarrollaron una serie de espacios con diversos gradientes de privacidad que desdibujan la dicotomía entre “público” y “privado”, y se alejan de la idea de familia nuclear como única posibilidad para habitar.
Al estar situado cerca de una autopista y del tren, en el área metropolitana de las afueras de la Ciudad de Buenos Aires, la zona es muy concurrida. En este sentido, el proyecto ofrece un modo de vida que se encuentra en medio de la congestión de la ciudad y la vastedad de la trama urbana.
El complejo se articula a partir de un módulo con variaciones que otorgan diferenciación y carácter a sus espacios. Y si bien el claustro es una forma arquitectónica clásica, se decidió utilizarlo adaptando las lógicas constructivas y elementos del edificio a un vocabulario moderno, de manera tal de responder a las necesidades particulares del programa.
El uso de mampostería en las fachadas facilitó la incorporación de mano de obra local, especializada en ese tipo de construcción. Los materiales empleados y su morfología hacen que el proyecto se integre al entorno existente, compuesto mayormente por casas.
El claustro encierra una plaza que aprovecha la vegetación existente y brinda un amplio espacio abierto a todos los habitantes de la comunidad. A su vez, cuenta con una colina verde que otorga continuidad con el exterior. Allí, los niños pueden correr y jugar, y los vecinos pueden armar reuniones o simplemente recostarse a tomar sol.
Por otra parte, el parque cuenta con un sistema de compostado que se utiliza para abonar la huerta comunitaria dispuesta en la parte superior de la plaza. Los muros dobles, los contrapisos alivianados y las galerías en forma de alero, reducen considerablemente las ganancias térmicas en períodos estivales y las pérdidas en periodos invernales, mejorando el rendimiento del edificio.
El complejo cuenta con tres tipos de unidades: los dúplex con jardín, situados en planta baja; los dúplex con terraza, dispuestos a partir del primer nivel; y los monoambientes, que se intercalan con los dúplex. Al mismo tiempo, articula diversos espacios de uso común, como terrazas, parrillas, un gimnasio y una pileta.
Los núcleos de circulación vertical cuentan con ventanas que brindan iluminación natural y vistas hacia el entorno.
Las viviendas, orientadas hacia el claustro, se articulan de manera más directa con la plaza, lo que refuerza la idea de comunidad. Las frondosas copas de los árboles existentes brindan cierta privacidad a las unidades dispuestas en altura, sin interrumpir el ingreso de luz solar.