Este conjunto de viviendas en torno a un espacio común está ubicado en un terreno irregular, antes ocupado por una gran casa, a pasos del centro financiero de Santiago. El espacio común se concibe como un pasaje peatonal de bordes continuos, con estacionamientos subterráneos. Cada una de las ocho unidades se organizan a partir de una planta en “L”, de lados simétricos, en torno a un patio cuadrado.
El pasaje se dispone al centro del terreno, perpendicular y abierto visualmente a la calle, con tres casas-patio hacia el norte y cinco hacia el sur. La mitad norte del antejardín alberga el acceso peatonal, y la mitad sur la rampa vehicular, que baja a los estacionamientos.
El nivel -1 de cada casa cuenta con acceso y servicios organizados en torno a un patio de luz. El nivel principal contiene los espacios comunes, dispuestos alrededor de un patio de 8 x 8 metros, con uno de sus lados adosado a la medianera (utilizando el 40% de adosamiento permitido), y el otro a la siguiente casa del conjunto.
El segundo piso alberga los dormitorios en una barra pareada hacia ambos lados, conformando dos largos pabellones rectangulares sobre el pasaje peatonal.
La estructura de madera laminada está compuesta por una modulación continua a 77 centímetros, con sus montantes expuestos al exterior en el segundo piso. Hacia las medianeras, enmarcan las ventanas de los dormitorios, impidiendo la vista al patio vecino.
Hacia el pasaje, en cambio, enmarcan una serie de paramentos tinglados con tejas de alerce, y generan un muro. La repetición de este módulo cualifica las fachadas con un ritmo constante, que difumina la presencia singular de cada casa en dos volúmenes unitarios sobre el pasaje central.
Entre ellos, una serie de maceteros con árboles en voladizo destacan las entradas a las casas y ocultan la presencia de los grandes edificios sobre el cielo.
La estructura de madera laminada está compuesta por una modulación continua a 77 centímetros, con sus montantes expuestos al exterior en el segundo piso.