Situado a orillas del río Chrudimka, en el centro de Pardubice, República Checa, el monumental edificio del molino fue construido en 1909 por encargo de los hermanos Winternitz. En 1924, el complejo se amplió para incluir un silo de granos que operaría de manera continua durante más de cien años. Desde 2016, el área de los molinos ha estado en proceso de transformación para ser parte de un nuevo distrito urbano cultural y social.
Originalmente, el edificio constaba de tres partes: la maquinaria de molienda, la estructura y el revestimiento exterior, lo que impedía que fuera percibido como puramente industrial, manteniendo el misterio de una máquina oculta dentro de una fortaleza. Tras considerar la entrada principal, se decidió revelar este secreto: activar la planta baja en ambos lados y crear un espacio público de libre acceso bajo los contenedores.
El objetivo principal del estudio fue transformar el edificio para su uso social. De esta manera, la sala superior alberga teatros y salas para conferencias, conciertos y eventos sociales. La terraza de la azotea, con un bar, ofrece una nueva vista de la ciudad. Por su lado, los contenedores de grano se transformaron en spacios destinados a exhibiciones. La planta baja del silo ahora es un espacio público cubierto y el sótano alberga baños públicos y otras instalaciones que sirven a la nueva plaza.
El silo y su tecnología se caracterizan por la verticalidad. Los paneles de vidrio utilizados crean un camino para la luz a través de todos los pisos, incluido el sótano
Los colores y las ornamentaciones de ladrillo se limitan a las fachadas, el interior es sobrio, la gama de materiales es estándar, apoyando el principio de que las adiciones no contrasten con lo existente. Se conservaron todas las superficies originales, incluidas las pátinas.
En resumen, el objetivo del proyecto fue potenciar la racionalidad y monumentalidad del edificio.