El Chaco Paraguayo

La investigación de ISTHME - Estudio Meridional indaga sobre las posibilidades de la planificación sustentable para el territorio chaqueño.

Fachada de Bahía Negra desde el río / Distrito de Bahía Negra - Paraguay / 09.06.2017. Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel

La siguiente investigación, realizada por ISTHME-Estudio Meridional –un equipo en el que confluyen tres disciplinas: arquitectura, urbanismo y geografía, y dos territorios: Paraguay y Francia– fue originalmente publicada en nuestro número  de PLOT Edición Especial N12: Paisaje. El trabajo conjunto de este grupo transdisciplinario y transnacional, produjo una serie de mapas y documentos que permitieron mapear un territorio vasto y mayormente inexplorado –el Chaco paraguayo–, para luego planificar de manera sustentable. La exquisita selección de fotografías de los nueve proyectos publicados nos aleja de la condición urbana, e intenta capturar la inmensidad de la escala territorial.

Cerro León / Distrito de Bahía Negra - Paraguay / 07.07.2017 Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel
Potreros / Distrito de Filadelfia - Paraguay / 06.07.2017 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel

En Paraguay, el Chaco se extiende como una inmensa planicie sobre toda la región occidental, al oeste del río que dio nombre al país y representa el 60% de la superficie nacional y solo el 3% de la población. Se trata de un territorio de gran horizontalidad, con pocas excepciones, como el cerro León en el norte del país o las lomas de Fuerte Olimpo. Un siglo atrás no había una sola ciudad y el Chaco seguía siendo lo que fue durante milenios: un bosque inmenso casi inalterado por la presencia humana.

Desde tiempos inmemoriales, los numerosos grupos humanos que encontraron su lugar de vida en este territorio vivieron en armonía con el medio ambiente, sin alterar significativamente sus recursos naturales. A pesar de esta realidad, la mayoría de los habitantes de la región oriental siempre percibieron al Chaco como un espacio inaccesible y hostil. Sin embargo, durante las últimas décadas del siglo XX, el Chaco Paraguayo ha experimentado intensas transformaciones socioeconómicas y espaciales que siguen intensificándose.

Con sus propios matices y singularidades, el Chaco se inserta en el escenario de un país en plena reconfiguración. Se manifiestan nuevas dinámicas regionales, lo que genera cambios de uso del suelo y el surgimiento de ciudades, al mismo tiempo que aparecen nuevos comportamientos y expectativas por parte de la población.

En un contexto cada vez más globalizado, pensar el territorio y su desarrollo se hace imprescindible para dar coherencia y sostenibilidad al avance del sector agropecuario sobre el espacio natural, así como preservar, fortalecer y sublimar las identidades culturales y paisajísticas de uno de los espacios más aislados del continente.

Mapa de la Cuenca del Plata / Infraestructuras
Mapa del Chaco Paraguayo / Proyecto

Actualmente, el trabajo del estudio está orientado a dos distritos específicos del Chaco paraguayo: Filadelfia, con una extensión de 14.000 km2, cuya ciudad principal homónima fue fundada en 1931 por colonos menonitas; y Bahía Negra, con una extensión de más de 35.000 km2, al extremo norte del país, situada entre las ecorregiones del Chaco seco y del Pantanal. Los dos distritos son limítrofes y constituyen prioridades estratégicas por el papel ecológico y productivo de su territorio en la dinámica actual del desarrollo de la región. En apoyo al Estado paraguayo, la WWF Paraguay (Word Wildlife Fund) financia los documentos de planificación con el fin de garantizar la conectividad ecológica y preservar el medio ambiente. Se fortaleció el proceso con la ampliación de la mesa institucional, articulando varios ministerios, otras instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil. La integración de los distintos actores clave y la participación del estudio ISTHME – Estudio Meridional permitió ampliar el enfoque inicial para abordar el conjunto de los problemas de manera transectorial, gracias a un enfoque territorial y a una metodología abierta que convocó a distintas disciplinas, y a un verdadero proceso de concertación ciudadana.

El equipo realizó numerosos estudios de campo por vías terrestres, fluviales y aéreas, de modo de entender las distintas zonas estudiadas y producir una cartografía base de calidad con modos de representación adecuados a los territorios (desde la continental hasta la urbana). En un país con una fuerte carencia de datos, el trabajo cartográfico garantiza la pertinencia de los futuros proyectos y exige una permanente evolución y actualización. Se lo completa, se lo modifica y se lo mejora mientras que los proyectos se diseñan.

Para el distrito de Filadelfia, el equipo realizó un estudio preliminar para un Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial, llamado “visión de sustentabilidad”. El trabajo, impulsado por la municipalidad y la WWF, consistió en la elaboración de orientaciones de proyecto para el espacio rural y urbano del distrito.

La ciudad de Filadelfia no es la única de origen menonita en el Chaco Central. De hecho, junto con Loma Plata y Neuland, formaban inicialmente un conjunto de centros de colonias rurales. Al momento de sus tres principales olas migratorias (1927, 1931 y 1947), los colonos se vieron confrontados con un bosque vasto y denso, habitado por pueblos indígenas que vivían en sus propios espacios y según una cosmología diametralmente opuesta a la de los recién llegados. A partir de la segunda mitad del siglo XX, y en particular desde los últimos veinte años, experimentaron significativas transformaciones socioeconómicas, demográficas y paisajísticas. Aquel paso progresivo de centros de colonias a ciudades produjo la conformación de objetos territoriales muy singulares para el Chaco y el Paraguay. De hecho, la construcción en los años 60 de la ruta asfaltada “Transchaco” entre el Chaco Central y la capital paraguaya, la llegada de nuevas tecnologías y especies de forrajes o razas de ganado, así como la construcción de plantas industriales y frigoríficos, contribuyeron notablemente en la activación de amplios sistemas productivos. En tanto polo de producción agro ganadero, el Chaco Central vio sus paisajes y su equilibrio ambiental considerablemente alterado.

Fachada de la Bahía Negra desde el río / Distrito de Bahía Negra - Paraguay / 09.06.2017 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel
Potrero / Estancia - Distrito de Filadelfia - Paraguay / 06.07.2017 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel

Nuestra principal preocupación fue aportar una solución global y coherente a un territorio inmenso y complejo. Para ello, y apoyándonos en el diagnóstico, se abordaron problemáticas que, además de responder a cuestiones particulares de cada distrito o región, permitirán al hombre orientarse en el espacio: la arquitectura y el paisaje, la conectividad ecológica, los sistemas productivos, las infraestructuras viales y los equipamientos asociados, las infraestructuras hidrológicas, las estructuras socio-económicas, y la gobernanza. De hecho, se propusieron una multitud de dispositivos espaciales que exigen insertar las reflexiones a escalas que trascienden los simples límites administrativos.

En primer lugar, definimos unidades territoriales y paisajísticas con lógicas espaciales, ecológicas, productivas, culturales y poéticas propias, sublimando las características locales. Estas unidades permiten definir centralidades y establecer profundidades al territorio.

A modo de ejemplo, el papel de una de las unidades territoriales es definir un límite físico al centro productivo del Chaco central (y sus tres ciudades) gracias al establecimiento de una corona verde. El cinturón de bosque es la propuesta clave de un conjunto más completo de soluciones espaciales para garantizar la perennidad de la conectividad ecológica de la región, cuyo papel ambiental es crucial para el continente. De hecho, permite conectar las grandes entidades ambientales del Chaco: el río Paraguay, el Chaco boreal y sus numerosos parques nacionales, el río Pilcomayo, entre otros. Propusimos asociar una nueva economía a esta corona de bosque y sistemas silvopastorales, una nueva red de equipamientos públicos, además de una red de infraestructuras vinculadas a sistemas productivos alternativos, en su mayoría asociados a las comunidades indígenas, que garantizan la conservación de la cobertura forestal adentro sus límites administrativos.

En una palabra, el acto proyectual parte de la voluntad de ordenar el territorio brindándole límites claros e identificables en el espacio.

En cuanto al Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (POUT) de Bahía Negra, los procesos son más amplios, ya que el proyecto deriva de ordenanzas municipales y requiere una zonificación reglamentada que regirá el uso del suelo. Impulsado por la WWF, el proyecto reúne una mesa de actores compuesta por numerosos ministerios, ONGs, asociaciones, organizaciones de representación indígena, etc.

Las primeras fases, iniciadas a fines de 2016, correspondieron la elaboración de un diagnóstico que permitió destacar los desafíos y detectar problemas. Las primeras fases permitieron, también, definir el marco donde podía elaborarse el POUT. En efecto, el documento de planificación será el segundo del país en ser llevado a cabo y pretende ser un proyecto piloto a la escala nacional. Hay, entonces, grandes desafíos y mucho por “inventar”. Nuestro equipo, que realizó la guía oficial para la elaboración de este tipo de planes para el PNUD y el Gobierno Nacional, tiene con este proyecto la oportunidad de experimentar y hacer fuerza de ejemplo para la elaboración de los POUT en Paraguay.

Además, Bahía Negra es uno de los distritos los más específicos y singulares del país. Es el segundo más extenso, aunque reúne solo unos 3.000 habitantes. Comprende un patrimonio natural excepcional, sobre todo al abarcar una parte del Pantanal, que comparte frontera con Brasil y Bolivia. Reúne una inmensa superficie de parques nacionales y bosque nativo intacto, a pesar encontrarse cada vez más amenazados por los avances del sector agropecuario. En efecto, este frágil territorio sufre una degradación antrópica a través una de las tasas de deforestación las más altas del mundo. Su población tiene características culturales únicas por reunir el núcleo del pueblo originario Yshir, latinos paraguayos o extranjeros (principalmente estancieros brasileros y uruguayos) así como una centena de Ayoreos (otro pueblo nativo del noroeste del Chaco) en situación de aislamiento absoluto dentro de un espacio inmenso todavía no colonizado. Por fin, se trata de un distrito que sufre de un gran aislamiento físico por la falta de infraestructura y de la amplitud de su superficie, y administrativo por la ausencia casi total del Estado.

Aquidabán / Bahía Negra - Distrito de Bahía Negra - Paraguay / 07.06.2017 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel
Trabajo de campo / Agua Dulce - Distrito de Bahía Negra - Paraguay / 29.11.2016 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel

Hoy, nuestro equipo se encuentra en plena fase de elaboración de un proyecto espacial a escala territorial y urbana. A nivel de distritos, los desafíos resultan muy complejos por los antagonismos que sugieren la preservación del núcleo más grande de bosque chaqueño y el desarrollo del sector agro-ganadero. De hecho, el distrito de Bahía Negra reúne unas riquezas naturales que, aun en peligro, siguen formando parte de los tesoros de Paraguay. El Chaco boreal, por su extensa napa de bosque que abarca zonas de Paraguay y Bolivia, concentra una multitud de sorpresas paisajísticas. El bosque, a primera vista continuo y regular, está lleno de singularidades tanto por su fauna como por su flora. Hay cerros que perturban la planicie aquí o allá, creando contrastes potentes o, por el contrario, el bosque se interrumpe para dejar espacio a las lagunas, los palmares o praderas naturales, abriendo la vista a un horizonte lejano inaccesible, sin tomar altura. Por otro lado, el Pantanal reúne una biodiversidad magistral y atrae, a pesar de su casi inaccesibilidad, a un turismo creciente. Si, por un lado, nuestra tarea consiste en proteger y sublimar estas características paisajísticas, debemos pensarlo en correlación con el desarrollo acelerado de un sector agropecuario que necesita explotar estos recursos naturales. Si nuestro papel es hacer convivir los dos objetivos, nuestra respuesta debe ser espacial. Los grandes componentes del territorio tienen que ser clarificados, ordenados. El hombre que atraviesa las largas pistas debe poder percibir estas grandes entidades para orientarse. Fortalecer los contrastes, subrayar las singularidades, abrir nuevos horizontes y marcar la profundidad son los caminos a explorar para transformar los antagonismos en complementariedades.

A escala urbana, los desafíos están más bien vinculados a cuestiones culturales e identitarias. Como explicábamos más arriba: el municipio reúne varias culturas y modos de vida extremadamente diferentes. A lo largo del río están distribuidas la capital del distrito y diversas comunidades de la nación Yshir, según un esquema de ciudades en rosario asentadas en el intersticio entre río y bosque. Tierra adentro hay asentamientos humanos vinculados a la actividad agropecuaria extensiva como tradicional.

La capital, Bahía Negra, fue fundada por los paraguayos con propósitos militares. De hecho, su función era ocupar y controlar el río Paraguay en uno de sus puntos estratégicos: la triple frontera y la entrada del Pantanal. Se trata, entonces, de una ciudad que se extiende a lo largo del río y que depende de su actividad portuaria. Por estas razones decidimos diseñar una fachada desplegada hacia el río, que destacara los edificios públicos potentes y privados de arquitectura singular a la vida en el Pantanal. Se trató, también, de considerar el crecimiento demográfico y la extensión de la ciudad sin desestabilizar la relación entre río, ciudad e hinterland. Las comunidades, por su parte, se encuentran ante un desafío mayor que toca temas identitarios y culturales sensibles. De hecho, gracias a un aislamiento deseado o impuesto, el pueblo Yshir logró mantener una fuerte identidad que se traduce en los paisajes urbanos. La idea fue, entonces, fortalecer ciertas particularidades como la arquitectura que se demarca por la simplicidad de su plan o por su método de construcción en Karanday (palma), o el tejido urbano que no siempre está regido por planos ortogonales, calles y manzanas, etc. Por otra parte, las necesidades infraestructurales son herramientas proyectuales para fortalecer geometrías, vistas, o prácticas espaciales. Por ejemplo, la erosión causada por los flujos de barcazas de la Hidrovía entre Corumbá y Buenos Aires pone en peligro el frágil espacio de vida de las comunidades. La construcción de muros de contención se hace evidente, permitiendo definir nueva relación con el río.

Por fin, el proyecto cuestiona la posibilidad de una ciudad nueva en el corazón del hinterland productivo. Este nuevo núcleo poblacional, creado para fortalecer el sector agropecuario, estaría situado en la encrucijada entre el alto hinterland, donde se destaca el poder de la naturaleza, y el hinterland productivo, con sus miles de potreros troceados en la capa vegetal.

En conclusión, a través de estos desarrollos enfocados dentro de límites administrativos fijos, se pensó un proyecto con lógicas que trascendieran las escalas. De hecho, desde el diagnóstico hasta el proyecto, pasando por la cartografía, se han destacado siempre territorios coherentes, que no se limiten a trazados inventados por el hombre para administrarlos. De la misma forma, procuramos aportar soluciones a una serie de problemas sociales, económicos, culturales, ambientales, etc., a través de una solución espacial que se pretende global y coherente, considerando al hombre en medio de un territorio complejo y singular.

Potrero / Estancia - Distrito de Filadelfia - Paraguay / 06.07.2017 / Fotografía de Jean-Baptiste Jacquel.

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Arquitecto Estudio Meridional

Equipo  Jean-François Abéride, Renaud Gache, Jean-Baptiste Jacquel, Benoît Payrastre

Geógrafos  Colin Gache, Jonathan Goetz, Kévin Goetz

Colaboradora  Fernanda Navarro

Asesores  Denis Chiquenoï (técnico en asuntos agropecuarios), Atahualpa Ayala (ingeniero forestal), Mónica Villamayor (abogada), Santiago Rivarola (abogado), Constantin Aynaud (paisajista)

 

Visión de sostenibilidad del distrito de Filadelfia

Comitentes  Municipalidad de Filadelfia, Alianza Para el Desarrollo, WWF Paraguay

Años  2017-2018

Ubicación  Distrito de Filadelfia, Paraguay

 

 

Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial del distrito de Bahía Negra

Comitentes  Municipalidad de Bahía Negra, Secretaría Técnica de Planificación, WWF Paraguay

Años  2016-2019

Ubicación  Distrito de Bahía Negra, Paraguay

 

Fotografía  Jean-Baptiste Jacquel

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