La antigua sala de exposiciones de Brujas fue erigida como una estructura temporal hace más de cincuenta años. Ante la necesidad de construir un nuevo edificio acorde con los requisitos programáticos contemporáneos, la ciudad de Brujas puso en marcha un proyecto de renovación urbana para dotar de una nueva dinámica a la zona oeste. Además de la construcción de una nueva sala de exposiciones (ampliada con un espacio para conferencias), se rediseñó por completo la zona que rodea al nuevo edificio.
El proyecto fue asignado a las oficinas de arquitectura Eduardo Souto de Moura y META architectuurbureau. La planta baja está compuesta por un voladizo que proporciona una entrada cubierta. La marquesina flotante -un lugar de encuentro protegido tanto en verano como en invierno- organiza una transición gradual entre la plaza y el interior del edificio.
La plaza, que antes era un estacionamiento, se distingue por el uso de hormigón y adoquines que se integran a los colores y texturas de los edificios vecinos. Además, se conservaron los árboles originales.
La sala de exposiciones, situada en planta baja, es abierta y permite albergar toda clase de eventos: desde ferias y conferencias hasta reuniones públicas e incluso conciertos. Al mismo tiempo, al abrir las puertas de cristal, puede transformarse en una plaza pública cubierta, accesible a los transeúntes.
Conectadas por una entrada común, las zonas de exposición y de conferencias pueden utilizarse de forma independiente o simultánea. Mientras que la sala de exposiciones se organiza horizontalmente, está orientada hacia el barrio y es accesible desde el exterior, la zona de conferencias se apila verticalmente.
El edificio apoya sobre un zócalo de cristal que realza la transparencia a nivel del suelo y enfatiza el carácter público del proyecto. Asimismo, las macizas columnas de ladrillo dan continuidad vertical a la fachada y protegen los interiores de la luz solar directa.
En el segundo piso, la estructura de mampostería dirige la mirada del espectador hacia el centro de la ciudad, donde las tres torres del Campanario, la Catedral de San Salvador y la Iglesia de Nuestra Señora definen el horizonte de Brujas.
El programa se complementa con un auditorio divisible con asientos retráctiles para más de quinientas personas, doce salas de reuniones, una zona de restauración de 675 m², una terraza contigua de 176 m², un espacio subterráneo para bicicletas y un amplio estacionamiento.