Casa Tejocote es una vivienda unifamiliar ubicada en un contexto semiurbano de la ciudad de Querétaro, en México. Mediante la composición de sus materiales y sus formas, la obra se inspira en la arquitectura vernácula de la región, que busca integrarse con el paisaje árido que la rodea. La volumetría fue concebida a partir de la premisa de otorgar a los espacios la mayor privacidad posible.
Dado que por normativa no se permiten construir bardas, el esquema de la casa actúa como una muralla que envuelve y protege los espacios habitables.
El programa consta de cuatro volúmenes que delimitan un gran jardín central y se vinculan a través de un puente ligero. A los cuatro módulos se les practicaron incisiones precisas para abrir vanos que provocan entradas de luz sutiles, otorgan vistas que enmarcan el paisaje e integran el interior con los espacios exteriores.
La distribución del programa se da en dos niveles que separan las áreas sociales de las privadas. En la planta baja se encuentran la sala de estar, el comedor, la cocina y los espacios de servicio, mientras que la planta alta alberga tres habitaciones y un salón familiar.
El jardín central cumple un rol fundamental en la habitabilidad de la casa, ya que los módulos buscan abrirse hacia él y, de esta forma, permitir que la familia realice actividades en contacto con la naturaleza. La vegetación silvestre y endémica de la región envuelve a la casa e integra la arquitectura con el paisaje circundante.
La estructura se conforma a partir de elementos de hormigón armado que componen los volúmenes principales. Los gruesos muros se levantan en capas vertidas cada 80 centímetros. Esta decisión rige la altura y la modulación de los entrepisos, vanos y diversos detalles a lo largo de la casa.
El uso de materiales discretos provoca que la luz y el propio espacio sean los protagonistas de la casa. Sin embargo, detalles elementales como la madera sólida en muebles y cancelería de herrería, así como pisos de tabique y mosaicos de pasta, destacan en los ambientes.