Granja flotante

La Torre de Merola, de Carles Enrich Studio, pone en valor los restos de una torre de un antiguo castillo en Barcelona.

Fotografía Ruben Dario Kleimeer
A través del proceso de ampliación de escala y la automatización de actividades, el puerto de Róterdam se desplaza hacia el oeste de la ciudad y, en simultáneo, también lo hace la frontera entre el puerto y la ciudad. Así, el declive de las actividades comerciales tradicionales da paso a desarrollos urbanos residenciales y de otro tipo.
La economía portuaria, con su correspondiente dinámica comercial, está desapareciendo de las dársenas; el contraste original entre el paisaje residencial, relativamente tranquilo, y el animado punto central para el comercio da un giro de 180 grados; las cuencas de Merwehaven amenazan con convertirse en espacios abiertos y vacíos en un paisaje urbano densificado del área de Merwe-Vierhaven.
Plantas

Con la Granja flotante, estos espacios hermosos pero paulatinamente huérfanos, cobran sentido en un entorno en rápida transformación mediante la introducción de la agricultura urbana. Los antiguos muelles cercados de propiedad privada se convierten en áreas públicas para los habitantes de la ciudad. En este sentido, el edificio permite, en una zona antes inaccesible de la ciudad, el acceso público al sector al tiempo que introduce un nuevo tipo de industria basada en principios sustentables. La Granja flotante produce, procesa y distribuye productos lácteos en la ciudad, a poca distancia de sus consumidores. De esta forma, acorta significativamente la brecha entre productores y consumidores, y se incorpora a una cadena sustentable de suministro más cercana a la conciencia ambiental de los residentes de la ciudad.

Fotografía Ruben Dario Kleimeer
Fotografía Ruben Dario Kleimeer

Los flujos de los desechos urbanos devienen de materia residual a ingredientes nutritivos para la alimentación de las vacas. Granos cerveceros, sobras de papas y recortes de césped del estadio del club de fútbol Feyenoord forman parte del menú de los animales. Esto se suma al reciclaje urbano y constituye una forma eficiente de producción de alimentos.

El diseño es, en esencia, un edificio agrícola construido a partir de principios náuticos. La organización, los principios estructurales y el uso de materiales apuntan a mejorar la flotabilidad y la estabilidad. El resultado es una organización apilada que dispone todos los componentes técnicos y estructurales pesados ​​en la parte sumergida del edificio. Todas las funciones significativas y transparentes están situadas en una estructura ligera en la parte superior. Ello se traduce en una fachada de tres capas, que van desde el hormigón hasta el policarbonato translúcido o completamente abierto.

Axonométricas
Cortes

La Granja flotante es una estructura compacta que fusiona las instalaciones técnicas, el almacenamiento, el procesamiento y la producción en una entidad singular. Tres pontones de hormigón conectados albergan la producción de frutas (ingredientes para yogur), el reciclado de aguas pluviales y residuales e instalaciones adicionales. El piso superior de la fábrica integra el procesamiento de leche y yogur, el sistema de alimentación, el manejo de estiércol y la venta al por menor. El jardín cubierto cuenta con espacio para cuarenta vacas, que compartirán el lugar con un robot de limpieza de abono y otro de ordeñe, junto con varios elementos vinculados al bienestar animal, como las “columnas verdes” ubicadas en el centro, que aseguran el enfriamiento.

Fotografía Ruben Dario Kleimeer

Las dos galerías alrededor del jardín de vacas, conectadas verticalmente a través de dos puentes de acero, encadenan varios espacios que configuran un recorrido para visitantes. A lo largo de esta ruta es posible obtener información sobre todas las actividades de la granja sin alterar el proceso comercial. Las vallas de alimentación, dispuestas alrededor del jardín de vacas, junto con las paredes de vidrio situadas alrededor del procesamiento de lácteos, facilitan la experiencia sensorial de los visitantes y subrayan el carácter transparente de la empresa. El tratamiento del forraje, los lácteos y el estiércol está organizado en un sistema logístico compacto y eficiente que hace posible este programa único de varios niveles.—

Fotografía Ruben Dario Kleimeer

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Arquitecto Carles Enrich Studio

Equipo  Carles Enrich, Adriana Campmany, César Jiménez, Ilaria Caprioli, Mar Tarrida

Superficie  160 m2 (terreno), 40 m2 (construida)

Ubicación  Puig-reig, Barcelona, España

Años  2016-2019

Construcción  Rècop (restauración), Tallfusta (estructura de madera)

Asesores  Brufau Cusó (dirección ejecutiva), MASAad (estructura)

Cliente  Servei de Patrimoni Arquitectònic Local (Diputació de Barcelona) y Ayuntamiento de Puig-reig

Fotografía  Adrià Goula

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