Casa Puerto Nuevo está situada en el límite entre una larga meseta verde y un bosque de coihue que desciende abruptamente hacia el Lago Ranco, en el sur de Chile.
Aprovechando la topografía del sitio, la organización formal de la casa se basa en una planta rectangular paralela a los límites del terreno.
Esta disposición lineal facilita la circulación y optimiza la distribución de los espacios, y permite que cada habitación se abra hacia las vistas más atractivas, ya sean del bosque o del lago.
La perpendicularidad de la planta se ve quebrada por una serie de recintos triangulares dispuestos en sus extremos, resultando en un volumen trapezoidal que distorsiona la geometría y perspectiva regular de la casa.