La casa de invitados se encuentra en Los Vilos, una pequeña ciudad situada a 200 kilómetros de Santiago de Chile. El paisaje y la vida silvestre local resultan ideales para contemplar la belleza natural del norte del país. La vivienda consta de tres espacios acristalados independientes y un volumen para servicios técnicos, unidos por una gran cubierta. La separación de los espacios fue concebida previendo las visitas de huéspedes que podrían pasar solo la tarde o bien quedarse durante una o varias noches, ocupando una parte o toda la casa.
Los dormitorios, dispuestos en los extremos, se abren hacia el paisaje a través de los ventanales y se cierran mediante un muro opaco posicionado en el centro, que ofrece privacidad y contención.
El volumen central articula el living y el comedor, mientras que la cocina se encuentra rotada para generar espacios intermedios y abiertos, a la manera de zonas exteriores protegidas del viento.
La gran cubierta se apoya sobre los volúmenes mediante un sistema de vigas, que le otorgan unidad a la casa y generan sectores ideales para el ocio y contemplación del paisaje.
El diseño de los espacios y su resolución constructiva fueron concebidos a partir de un presupuesto ajustado. Los materiales se aplicaron a sistemas modulares que ofrecen soluciones estándar, y permiten realizar variaciones que se ajustan a las necesidades programáticas.