La casa está ubicada en una parcela en pendiente en El Carmen de Viboral, Colombia, una región de suelo arcilloso con una fuerte tradición de alfarería y artesanía en barro.
El proyecto, diseñado para un artista, funciona simultáneamente como vivienda, espacio de trabajo y galería de arte.
Los tres programas se desarrollaron con gran precisión en 40 metros cuadrados de superficie cubierta.
Entre los rincones más particulares se destaca el cuarto de ducha, diseñado para presentar algunas piezas de cerámica del propietario.
La casa está envuelta por un gran jardín húmedo, con especies estratégicamente plantadas. El jardín se nutre del agua de lluvia recolectada a través del tejado.
Un singular elemento estructural, que parece extenderse del tejado, no pasa desapercibido y actúa como prevención antisísmica: sostiene uno de los muros principales y, al mismo tiempo, sirve de conducto para regar el jardín.
El nuevo espacio sigue la línea del tejado de una granja existente y está unido a ella por un camino de ladrillo excavado en la pendiente.