


La vivienda se compone en tres partes. Un sector a nivel del terreno natural, otro intermedio con los ambientes interiores y uno superior para ver el cielo y los árboles. Sombra plena, luz controlada y luz total se suceden verticalmente.
El estrato inferior se utiliza los días más calurosos, provisto de un jardín de sombras con una pequeña superficie de piso de entablonado de maderas y hamacas paraguayas. Es el lugar ideal para las siestas y los almuerzos en verano. Las crecidas del nivel del agua fluvial lo inundan y lo transforman en un paisaje acuático. Representa un vínculo estrecho con la naturaleza y sus ciclos, con la tierra y el agua. La estructura constituida con columnas de madera que combinan piezas inclinadas y verticales generan una perspectiva singular que encuadra el paisaje vegetal. En el nivel intermedio es donde se habita cotidianamente. Con predominio del espacio horizontal, se articula con el paisaje en ambos frentes. El nivel superior representa la conexión con el paisaje lejano, el lugar de contemplación extática y meditación.

Esta arquitectura no agrede la naturaleza y se integra al paisaje del delta. La casa Libélula continua las lógicas utilizadas en las construcciones vecinas, como el empleo de la madera como material principal, pero con un nuevo lenguaje. El proyecto en su totalidad deviene una gran galería de sombras. A partir de la eyección integral de las carpinterías hacia el exterior, todos los espacios interiores se convierten en espacios de sombra provistos de ventilación cruzada, adecuando la casa para transitar los cálidos veranos.


Con la presencia de un suelo muy blando e inestable se ha experimentado una solución estructural inédita en las islas del delta. Para evitar el típico hundimiento de las construcciones del lugar, se empleó una mayor cantidad de columnas que los sistemas estructurales tradicionales, lo que permitió repartir las cargas en mayor cantidad de puntos en el terreno. Las columnas combinan piezas verticales y diagonales que logran asentarse óptimamente en el terreno tomando los esfuerzos laterales. Para las bases se generaron pozos con arena contenida en bolsas recicladas de membrana geotextil para generar un suelo más estable. A partir de esta nueva superficie se asentó un durmiente horizontal de quebracho y las columnas sobre él.
La estructura portante de la casa se encuentra en el exterior de las cajas construidas, de esta manera se evitan los puentes térmicos. La estructura de columnas y vigas sirvieron de andamios durante el proceso de la obra. Solo unas ligeras varillas metálicas articulan ambas entidades. Los volúmenes de madera quemada que conforman la casa parecen flotar emergiendo en voladizo en la totalidad de las extremidades.
