A partir de los años 60 se realizaron en Argentina un conjunto de obras residenciales que sentaron las bases de la arquitectura doméstica local para los años futuros. Esta práctica, directamente relacionada al legado del movimiento moderno y el international style, adoptó ciertas características acordes a los recursos disponibles y a la voluntad del conjunto de arquitectos involucrados –como Ernesto Katzenstein, Horacio Baliero o Juan Manuel Borthagaray, por citar algunos– de valorizar la arquitectura regional y los modos de habitar locales. La vivienda que presentamos a continuación crea vínculos con esta tradición, pero simultáneamente mantiene un diálogo con nuevos modelos a través de referencias históricas y actuales del mundo contemporáneo.
Casa Holmberg es una vivienda unifamiliar de tres plantas ubicada en la ciudad de Buenos Aires y diseñada para una familia de cuatro integrantes, un matrimonio joven con dos hijos pequeños. Está ubicada en un lote entre medianeras y su implantación se estructura a partir de la conformación de tres patios; un jardín hacia la calle en dirección oeste que funciona como acceso, uno lateral sobre la medianera noroeste donde se ubica un estanque o patio húmedo, y por último un jardín al fondo, con pileta y abundante vegetación en consonancia con el pulmón de manzana.
Las plantas, flexibles e indivisibles, permiten que todos los ambientes –estar, cocina, comedor, dormitorios– se relacionen con los patios por medio de grandes ventanales, aprovechando las ventilaciones cruzadas y utilizando plenamente el acotado espacio disponible.
La casa se planificó como un prisma de estructura metálica y de construcción en seco, con losas de steel deck [encofrado metálico perdido]; tabiques divisorios y carpinterías de aluminio.
La piel que recubre toda la caja superior funciona como parasol vertical y constituye a la vez un gran sistema de circulación de agua. Mediante algunos de los tubos que componen las fachadas, se intercambia agua fría y caliente entre dos estanques –uno en sombra en la planta baja y otro sobre la terraza encima del dormitorio principal– según la temporada del año.
Este último además se conecta a un equipo de calefacción por termopaneles, que genera una cálida envoltura que rodea la casa en invierno, limitando la pérdida de calor y produciendo ahorro de energía. Este sistema genera la imagen final de la casa. El conjunto de cañerías de riego y calefacción funciona también como soporte de una amplia variedad de plantas, aves e insectos, transformándola en un particular jardín vertical, un pequeño oasis dentro de la gran ciudad.