La Casa en Florida está ubicada en el primer cordón de suburbio de la Ciudad de Buenos Aires y proyecta dos programas domésticos diferentes y a la vez complementarios.
El proyecto propone una escala de usos cercana a la tradición de las quintas de fin de semana, en las que la vida sucede afuera, en el jardín, en las galerías o junto a la pileta. Para lograr este enfoque, la planta baja se organiza en lugares diversos con límites difusos, con el fin de articular vistas interiores con la calle y los vecinos.
Los dormitorios y el resto de los espacios interiores, determinados por paredes o ventanas continuas, se ubican por debajo o por encima de la planta baja, y están separados por vacíos y llenos ajustados en proporción y medida.
La consideración de estos cuerpos diferentes e independientes como una serie de volúmenes conectados lo más levemente posible es, en consecuencia, el segundo programa doméstico: densificar al mismo tiempo interiores y exteriores para conformar un área de nuevas características; baja altura pero alta densidad, espacios privados y compartidos, superposición de visuales, continuidades determinadas, árboles y superficies verdes prestadas y compartidas que reemplazan el carácter del barrio tal como lo conocimos.
Los materiales y las texturas empleados principalmente fueron madera, cemento, hierro, azulejos serigrafiados y fibra de vidrio; y fueron pensados para fomentar la multisensorialidad del espacio. Para proveer iluminación natural y mejorar la acústica, se crearon nuevas aberturas sobre la cubierta y sobre la fachada y se añadió una placa termoacústica sobre el techo. La estructura se compone de perfiles de acero laminado, que permiten mayor flexibilidad y conexión entre espacios.