Casa en Santa Teresa

La casa de Santa Teresa, de la arquitecta brasileña Carla Juaçaba, se desarolla como un pabellón paralelo a las curvas de nivel de lote.

Fotografía Federico Cairoli

La casa en Santa Teresa de Carla Juaçaba se desarrolla como un pabellón paralelo a las curvas de nivel del lote, totalmente adaptada al terreno, e invisible desde la calle. Está situada sobre una pendiente del barrio Santa Teresa, un área montañosa en la región central de Río de Janeiro, dentro de una densa área verde con más de diez metros de desnivel.

Fotografía Federico Cairoli

La casa se construyó cerca de la calle, junto a los niveles más altos, que permitieron tanto su construcción como el acceso.

Planta
Corte A-A

De este modo, la casa se despliega como un pabellón asentado en dos plantas. En el nivel más alto se encuentran el acceso, la cocina, el comedor y las habitaciones, mientras que la sala de estar está situada en el nivel inferior, dos metros más abajo. De cara a la pendiente, cada ambiente de uso ofrece vistas panorámicas.

Fotografía Federico Cairoli

Los dos niveles están conectados a través de una galería vidriada ubicada en la zona contigua a la calle que se apoya sobre el resto de la casa por la línea de la cumbrera. El techo, compuesto por cuatro líneas de inclinación diferentes y dos materiales distintos, es el elemento más importante del diseño.

Fotografía Federico Cairoli
Fotografía Federico Cairoli

El primer desafío fue desarrollar una propuesta que se ajustara a un presupuesto acotado. Así, el concepto central fue construir una estructura liviana que se repitiera varias veces, algo que permitió llevar a cabo el proyecto. Por otra parte, era necesario que la casa se abriera completamente al bosque y mantuviera el acceso protegido.

Fotografía Federico Cairoli

La vivienda no es visible desde la calle, da la impresión de no estar allí. Además, está construida sobre un área protegida de Río de Janeiro, lo cual requirió conservar todas las especies de árboles, un verdadero desafío para el proyecto.

Fotografía Federico Cairoli

Para garantizar la privacidad de los habitantes, la opacidad dibuja siluetas que pueden verse tanto desde adentro como desde afuera: quienes circulan por dentro vislumbran la sombra móvil de un árbol junto al perímetro de la construcción, y quienes miran desde afuera pueden ver la silueta de la persona que se mueve por la galería. El vidrio esmerilado utilizado en las superficies inclinadas hacia la calle es un elemento de gran importancia en el proyecto. De noche, la luz artificial modifica la percepción y hace que ese sector de la casa parezca una linterna gigante.

Este proyecto fue publicado en el Especial Nº 11 – HABITAR DOMÉSTICO: Inventario de vivienda unifamiliar. ¡Hacé click acá para tener más información sobre nuestro último número y acá para suscribirte con un 20 % de descuento y envío gratis!

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