El proyecto está emplazado en la zona residencial de Lanškroun, una localidad de aproximadamente 10.000 habitantes en la región de Pardubice, República Checa. El lote antiguamente articulaba una casa adosada de dos plantas, que fue demolida a partir del deseo del dueño de vivir en contacto estrecho con el jardín. De esta premisa surge la propuesta de Martin Neruda: una combinación de espacios interiores y exteriores que se integran a la suave pendiente del terreno.
Una serie de paneles móviles de policarbonato translúcido, dispuestos entre el garaje y el almacén, separan la zona principal de la vivienda de la calle. Desde allí se accede al jardín central, oculto a la vista desde la calle, concebido como el corazón del proyecto, ya que la vida doméstica se desarrolla en torno de este.
Los volúmenes de las habitaciones individuales siguen la pendiente del terreno y son de estructura escalonada. Asimismo, las losas de hormigón armado cuentan con generosos voladizos que protegen del sol y de la lluvia, además de crear espacios agradables que median entre el jardín y el interior de la vivienda.
Entre el jardín central y el jardín trasero se encuentran la sala de estar, el comedor y la cocina. En verano, estos espacios pueden abrirse tanto al norte como al sur y convertirse en un techo que conecta los dos sectores verdes del proyecto.
Para la construcción se utilizaron materiales naturales y colores tenues, que contrastan con el hormigón visto. Los techos, dinteles y alféizares de las ventanas combinan con tabiques de fresno, suelos de roble y suaves cortinas color verde. Desde el jardín se aprecia la textura del hormigón, de los ladrillos, los marcos de madera, el policarbonato y las columnas de acero.
“En el futuro, quizá las paredes reverdezcan, las columnas de acero se oxiden, aparezcan manchas en el hormigón y las siluetas de los objetos almacenados se revelen detrás del policarbonato. La casa del atrio se fundirá con el jardín y se convertirá en un pequeño paisaje vivo.” Martin Neruda
