La Casa elevada se encuentra en el mismo lote de la casa Henrique Cunha. En continuidad con la idea de minimizar los trabajos con la tierra, así como evitar la humedad del suelo, se decidió elevar el refugio sobre dos conjuntos de columnas y vigas en hormigón en forma de “T”, sobre las cuales se desarrolla una estructura liviana.
El arquitecto buscó la forma de edificar un piso sobre estructuras elevadas, desde el uso invertido de premoldeados de hormigón en los balcones y cajas estructuradas en fenólico en el piso interior.
La viga “I”, en el centro de la cubierta, tensiona con su peso un conjunto de planchuelas que conforman el techo.
Los frentes de vidrio, orientados hacia el norte y el sur, se abren contra las barrancas cubiertas por vegetación; de manera tal que los ambientes se expandan hacia estos bordes verdosos.
“Se oye la lluvia. Luego llega la mañana: con el alba el sol surge detrás de la montaña. Se siente el viento. Durante las noches sin luna, se duerme aún más a oscuras. El tiempo pasa.”