La vivienda se articula alrededor de un patio que representa su esencia, inspirado tanto en el propio emplazamiento como en las arquitecturas del entorno.
Está ubicada en Vigla, un pequeño pueblo en la isla griega de Apiranthos, sitio que se caracteriza por la presencia de numerosas granjas con corrales y establos, mayormente rectangulares y adosados a patios, para extender así el espacio vital de los animales.
Además, el sitio es parte de una llanura expuesta a fuertes vientos, condicionante no menor para el diseño de la arquitectura local.
La elección del patio como centro de la vivienda, permite crear un conjunto de sólida coherencia formal con el entorno y ayuda a protegerla de los vientos.
Cada elemento del proyecto se materializa mediante un sencillo volumen rectangular conectado directamente con el jardín, sin circulación secundaria.
Entre estos volúmenes existen aberturas hacia el paisaje, que fusionan el patio con su entorno.
Los muros fueron construidos con piedras del lugar, extraídas del suelo al excavar los cimientos y la cisterna subterránea.
El uso de la piedra, asociado al del hormigón, desarrolla un lenguaje arquitectónico sencillo, que refuerza tanto la horizontalidad del edificio como la presencia e importancia del patio.