La instalación AirBubble, diseñada por ecoLogicStudio, es un dispositivo que purifica el aire creando un microclima para que los niños jueguen, una burbuja de aire limpio ubicada en el centro de Varsovia. El proyecto está situado en un espacio público verde, propiedad del Centro Científico Copérnico (Centrum Nauki Kopernik). La instalación utiliza la tecnología Photo.Synthetica para la integración avanzada de la fotosíntesis en el entorno construido.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica constituye la mayor amenaza sanitaria mundial. Varsovia fue seleccionada como primera activación de este proyecto, por tratarse de una de las ciudades más contaminadas de Europa.
AirBubble inventa una nueva tipología arquitectónica. A través de una estructura cilíndrica de madera, envuelta en una membrana de ETFE que protege 52 reactores de algas de vidrio, crea un auténtico invernadero urbano de algas. El espacio está equipado con cuerdas, bombas de pie y esferas hinchables, y puede funcionar como parque infantil y aula al aire libre. El ruido blanco y burbujeante del sistema de jardinería de algas enmascara el ruido urbano del entorno y brinda una atmósfera tranquila para el juego y la interacción.
El proceso de filtrado se ve potenciado por la morfología de la estructura del patio. Por su parte, la membrana de ETFE controla el microclima dentro de AirBubble y la forma cónica invertida del techo estimula la recirculación del aire y la ventilación natural, lo que a su vez mantiene limpia la zona de juegos.
La estructura aloja 52 biorreactores de vidrio de borosilicato, que contienen 520 litros de cultivos vivos de algas Chlorella sp, capaces de filtrar un flujo de aire contaminado de 200 litros/minuto. Mientras el medio líquido lava las partículas, las algas se comen activamente las moléculas contaminantes y el dióxido de carbono, para luego liberar oxígeno fresco y limpio.
El proceso de purificación se alimenta de energía solar y de la actividad lúdica de los niños, que pueden interactuar saltando sobre cuatro bombas de pie de agua, colocadas en el suelo, mientras se balancean sobre las burbujas saltarinas y el sistema de cuerdas interno.
El sistema de monitorización de AirBubble integra sensores de contaminación del aire urbano y está conectado a una plataforma de procesamiento de datos capaz de comparar las mediciones en tiempo real y de poner de manifiesto el índice de calidad del aire para seis contaminantes principales: partículas finas PM2,5 y PM10, ozono a nivel del suelo (O3), dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y monóxido de carbono (CO). AirBubble es capaz de absorber el 97% del nitrógeno y el 75% de las partículas del aire.
Los primeros datos, recogidos en mayo de 2021, revelan que las concentraciones de PM2,5 dentro del parque infantil cayeron muy por debajo de los límites recomendados por la OMS (zona verde, AQI inferior a 20). La tasa de reducción máxima es del 83%. La cifra se elaboró comparando las lecturas de un sensor de contaminación, situado en el exterior de la AirBubble, con los datos en tiempo real de un dispositivo de control colocado en el interior. La fase de seguimiento continuará durante el verano y el otoño para supervisar los avances promisorios durante un período de tiempo más extenso, bajo diferentes condiciones climáticas y patrones de uso.
En el transcurso de los próximos meses, AirBubble se convertirá en un laboratorio urbano único, un banco de pruebas de biotecnología aplicada y de su implementación en la lucha contra la contaminación atmosférica y en la mitigación de sus efectos sobre la salud de los niños.–