
Situada en la Route de Saint-Denis, equidistante del Sacré Coeur y el Stade de France, conectada con el Boulevard Périphérique y la autopista A1, la Arena es parte integral de París. Contabilizando veintiséis mil metros cuadrados contiene tres volúmenes principales: una sala para eventos de gran envergadura con capacidad para ocho mil personas, dos gimnasios de uso cotidiano para los residentes locales y un espacio de dos mil quinientos metros cuadrados destinado a actividades recreativas, deportivas y de hospitalidad adicionales, como un teatro, que alberga espectáculos diariamente y establece una conexión con la ciudad. Además de ser un espacio para el desarrollo de actividades deportivas y recreativas, es un punto focal importante para toda el área metropolitana, desempeñando un papel activo en la reconexión de las dos orillas del Boulevard Périphérique. El edificio responde a las condiciones urbanas existentes y futuras al proponer un proyecto que sirve tanto a su entorno urbano como metropolitano. A través de objetivos claros se evidencia una ambición de un dosel mejorado, una plaza exterior, una planta baja parisina y un nuevo punto panorámico.

El edificio tiene un doble propósito: ser una instalación de alto nivel para eventos de gran magnitud –como lo fueron los Juegos Olímpicos de París 2024, conciertos, partidos del Paris Basketball– y responder al entorno inmediato, funcionando diariamente como una instalación local accesible para diversas asociaciones y escuelas.


En planta, la sala principal se ubica hacia el oeste, el acceso principal y los servicios hacia el sur, y los gimnasios hacia el este. El programa del edificio se distribuye en tres niveles definidos por formas simples de organización. En planta baja están el vestíbulo, la recepción, algunas tiendas, un bar, la boletería, el ingreso a los gimnasios y a la sala principal. Todos se conectan al atrio y a una galería recreativa, creando una fachada dinámica marcada por los diferentes usos que alberga. En la segunda planta, una “plaza elevada” ofrece vistas panorámicas de París, Saint-Denis, el dosel ampliado y las infraestructuras circundantes. Este carácter se refuerza con una banda de luz horizontal que se proyecta hacia el vecindario. En el último nivel, la estructura ascendente de la Arena, el segundo gimnasio y los accesos aportan al conjunto una imagen metropolitana. Estos volúmenes están compuestos por formas geométricas simples, culminando en el techo superelíptico de la Arena.

La arquitectura de la sala principal fue diseñada específicamente para optimizar el flujo de circulación ubicando los accesos cercanos a las escaleras y las áreas de servicio en los cuatro extremos del recinto. Con una capacidad máxima de ocho mil asientos, la sala mide ochenta por noventa metros y cuenta con una altura libre de dieciocho metros. Esta compacidad es un factor decisivo en su diseño, al igual que la forma redondeada de sus esquinas. Siguiendo el modelo de teatro parisino, el pasillo de acceso interior es interrumpido por la galería sur, creando espacios que balconean a la sala. En las esquinas, la proximidad del público favorece la creación de una atmósfera efervescente, típica de los grandes estadios. En los lados, las tribunas son simétricas, aunque diferenciadas por la presencia de palcos privados. La tribuna sur presenta una curva dominante, que amplifica la efervescencia del público durante los partidos y genera la impresión de una multitud infinita durante los conciertos.

La construcción del edificio procura un uso responsable de los materiales y la simplicidad en su funcionamiento, sin artificios estilísticos. Se redujeron las emisiones de carbono del hormigón en un treinta por ciento de las estructuras, se emplearon asientos de polipropileno reciclado en la sala principal, aislamiento de algodón reciclado y madera en las estructuras y gradas de los gimnasios. El proyecto también incorpora materiales relacionados con la economía circular local, como tabiques de ladrillos de tierra cruda comprimida en la sala principal. Además, el edificio restablece el ciclo del agua y combate el efecto de isla de calor, con más de seis mil metros cuadrados de techos verdes, mil setecientos metros cuadrados de terrazas plantadas y un atrio arbolado (destinando el ochenta por ciento de las superficies horizontales a la naturaleza). Como resultado, el escurrimiento del agua de lluvia se reutiliza para satisfacer las necesidades sanitarias.

