Uno de los objetivos principales del emprendimiento Solo Houses fue investigar cuánto es posible alejarse de la idea de la “casa” y, aun así, crear un lugar adecuado para vivir. El contexto en el que se inscribe fue ideal ya que el sitio elegido, Cretas, en la región española de Matarraña, presenta condiciones naturales imponentes. La sola idea de habitar el sitio fue motivación suficiente para que los promotores impulsaran el ejercicio de realizar casas que permitan experimentar la naturaleza sin restricciones, donde se diluyan los límites entre objeto y entorno.
Solo Houses es una iniciativa impulsada por Christian Bourdais, quien convocó a un gran número de jóvenes arquitectos internacionales para construir una serie de prototipos que constituyen una colección de obras de arquitectura contemporánea. La primera casa construida pertenece al estudio chileno Pezo von Ellrichshausen. A mediados de 2017, OFFICE Kersten Geers David Van Severen concluyó la segunda obra, y está previsto construir proyectos de Sou Fujimoto, Johnston Marklee, Christ & Gantenbein, Anne Holtrop, Barozzi Veiga y Smiljan Radic, entre otros.
El proyecto diseñado por la oficina belga se posa sobre una meseta con una planta en forma de anillo que enfatiza el perímetro que permite obtener vistas panorámicas en 360° y genera un gran patio interior. La casa está conformada por cuatro sub-unidades, o pequeñas casas, en su interior: el living, la habitación principal, la habitación de invitados y la piscina. La cubierta, sostenida por cuatro conjuntos de columnas, funciona además como soporte de los rieles de los cuales cuelgan las pantallas livianas que definen los límites difusos de la casa y que abrevian la intencionada relación entre vivienda y naturaleza.
El proyecto se posa sobre una meseta con una planta en forma de anillo que enfatiza el perímetro que permite obtener vistas panorámicas en 360° y genera un gran patio interior.
En forma de objetos esculturales apoyados sobre la losa de cubierta, emergen los tanques de agua, los generadores y los paneles fotovoltaicos. Con una superficie total de 1.600 metros cuadrados, un gran patio ajardinado y una piscina natural tallada en la roca, la casa es ambigua en múltiples sentidos: es discreta pero imponente, ceremonial pero dispersa, abierta pero introvertida, transparente y opaca, lujosa y a la vez austera.
Solo House II fue planteada como un ejercicio para hacer arquitectura con dispositivos autónomos. Algunos de ellos fueron concebidos en colaboración con otras personas: los tanques de agua fueron intervenidos por el artista belga Pieter Vermeersch, el artista Richard Venlet diseñó los taburetes-lámparas híbridos, y Muller Van Severen diseñó la chaise longue de malla metálica (WireS) inspirada en la curvatura de la casa.