Como parte de una región que atraviesa cambios disciplinares permanentes y reafirma prácticas representativas de su coyuntura y sus sociedades, la arquitectura paraguaya es, desde hace más de quince años, un foco de atención obligado dentro del panorama latinoamericano. Dentro de PLOT 51 presentamos, bajo el título “Prácticas en Paraguay”, un conjunto de obras pertenecientes a cuatro prácticas diversas de dicho contexto. A continuación publicamos la Sinagoga UHP de Equipo de Arquitectura, un proyecto que presenta un conjunto de recintos articulados que amenizan la transición entre el exterior y el interior.
Equipo de Arquitectura se fundó en 2017 y está conformado por los arquitectos Horacio Cherniavsky, Viviana Pozzoli y Roque Fanego. Su práctica, autodefinida como primitiva y esencial, busca relacionarse con lo originario y trabaja sobre la transformación de la materia, la luz y el orden como vectores fundamentales en la generación de su trabajo.
La rehabilitación del predio que la Unión Hebraica del Paraguay utilizaba como sinagoga surge a partir de un concurso internacional. El desafío de concretar un entorno ceremonial implica considerar su esencia religiosa y cultural. La concepción de un espacio de introspección y oración plantea, asimismo, la necesidad de crear un silencio en cuyo centro el rito se vuelva protagonista.
Al analizar el plan maestro para dotar al programa de la imagen y el espacio que le corresponden, se inició el proceso de diseño ubicando dos prismas: uno a modo de umbral y otro como contenedor del recinto. Los dos volúmenes convergen en la unión y se complementan en términos estructurales y morfológicos. La cáscara exterior funciona como una caja fuerte que controla el acceso de la sinagoga mediante puertas metálicas que protegen el interior.
El gran recinto se desglosa en dos piezas: la primera construye la transición de escala y enmarca el acceso al edificio; la segunda, más grande, delimita el espacio interior y marca la presencia del templo. Así, el concepto de un prisma dentro de otro se revela nítidamente y produce un amortiguamiento entre el exterior, amplio y ruidoso, y el interior silencioso y espiritual. Los parasoles de acero corten crean un velo que estructura el ingreso principal y ocultan el contenido.
Los materiales empleados expresan su verdadera naturaleza. El hormigón visto, como protector del templo, denota solidez y fortaleza. El metal oxidado, por su parte, representa la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptación, característica de la comunidad judía. La madera aplicada al interior brinda cobijo, además de confort térmico y acústico.
La transformación de construcciones antiguas pertenece a la serie de criterios sustentables esenciales a la hora de crear un proyecto nuevo. Repensar lo existente permite plantear nuevas alternativas sin necesidad de descartar el esfuerzo y la energía invertida en un determinado tiempo y lugar.