Valiéndose de una serie de operaciones proyectuales, el estudio estadounidense WORKac desarrolló el nuevo RISD Student Center: la ampliación y renovación del histórico edificio de ladrillo, que experimentó cambios en la materialidad, tonalidad y disposición de los antiguos espacios.
La ampliación –una estructura rectangular situada en el acceso que antes ocupaba un estacionamiento– ofrece dos nuevos programas y una cara pública renovada que articula un nuevo paisaje urbano.
El primer sector dispone una oficina para recibir correo y compras en línea, actividad frecuente entre los estudiantes de la llamada Generación Z: personas nacidas entre 1990 y 2000, que han usado Internet desde muy jóvenes. El segundo sector distribuye un auditorio cuyo sistema de techos incluye una piel metálica perforada que se curva en dirección a la calle.
Hacia la fachada opuesta del edificio, las nuevas puertas de doble cristal conducen a la intervención interior. WORKac define este sector como el lugar de mayor profundidad, que suscita la curiosidad de los visitantes.
Al cruzar el umbral, la intervención comienza a revelarse progresivamente, a medida que los dos espacios se conectan. Una pared levantada del suelo rodea la periferia del vestíbulo, con su borde marcado en color naranja intenso. El contorno trazado por el muro contiene dos espacios: un lugar de descanso casual, y luego un espacio más amplio que facilita la transición desde el exterior hacia resto del edificio.
Este conjunto de operaciones –extrusiones combinadas con sustracciones– otorga un espíritu lúdico al edificio. Asimismo, la flexibilidad de los espacios facilita la interacción entre estudiantes. Las cortinas acústicas sobre rieles curvos brindan a los usuarios la oportunidad de subdividir el espacio, que puede personalizarse y variar tantas veces como sea necesario.
Al abrir las cortinas el espacio funciona como galería, al cerrarlas, se pueden llevar a cabo discusiones íntimas, presentaciones o clases.
Este sentido de variedad y flexibilidad impulsa el resto del diseño, ya que se teje a sí mismo tanto dentro de la estructura existente del edificio como a través de ella, hacia el exterior, en la ampliación.
La intervención contempla espacios de trabajo amplios para la Oficina de Servicios Financieros y el Centro de Carreras Profesionales de RISD, junto con áreas compartidas para brindar a los estudiantes espacios de esparcimiento.
Hacia el centro de la planta, entre la ampliación y la renovación, se posiciona un baño que no distingue géneros.
Cada cubículo cuenta con un color y forma propios que lo distingue y contrasta con la zona de los lavatorios. Este espacio compone un momento de total independencia de las reglas aparentes.