Un agricultor deseaba construir una casa sobre las laderas del Tarn, cerca de la granja familiar, y para ello le encomendó la tarea al estudio francés BAST. Para el proyecto, los arquitectos recurrieron a los conocimientos del carpintero que llevó a cabo los cobertizos metálicos de la estancia. De esta manera, se planteó una estructura metálica que descansa sobre la topografía inclinada de los campos sin modificar su forma natural.
La estructura se sustenta sobre dos bloques de mampostería, una bodega en la esquina norte y una piscina a nivel del suelo en la esquina sur. El piso y los tabiques son de madera, y la cubierta está compuesta por paneles sándwich de metal.
Los programas interiores se organizan en torno de las terrazas y los patios delimitados por la trama estructural.
En la zona de estar, una cubierta de acero recubre el entramado de vigas y columnas, lo que crea voladizos que protegen las fachadas del sol y de las inclemencias del tiempo.
Diversos tipos de aberturas complementan los espacios interiores: ventanas fijas integradas al entramado, ventanas móviles para airear el interior y ventanas correderas que conectan los distintos sectores de la vivienda con la terraza.