En 2017, la comunidad del pueblo austríaco de Lustenau le encomendó al estudio Innauer Matt Architekten el diseño de un nuevo jardín de infantes y guardería. El proyecto, finalizado en 2019, se articula a partir de la necesidad de generar un espacio en escala pensado para los niños, de carácter hogareño y ameno. Para ello, incorpora las particularidades del sitio con los requerimientos pedagógicos de enseñanza actuales.
En este sentido, el espacio exterior desempeña un rol fundamental. El nuevo edificio se implanta a buena distancia de la calle, creando un espacio utilizado como plaza abierta y pública. La plaza, orientada hacia el canal Grindel, cuenta con zonas de juego para niños, senderos y pequeñas estructuras de hormigón, que pueden utilizarse como mobiliario para sentarse y descansar.
El proyecto fue concebido como una estructura compacta de dos niveles, que articula diferentes salas con apertura hacia el exterior, una serie de accesos y amplios pasillos de circulación. Todas las zonas del edificio están conectadas por tres escaleras, que fueron pensadas para separar los densos flujos de circulación de niños en determinados momentos del día.
Los salones están orientados hacia el sureste, lo que garantiza una buena iluminación durante las horas de la mañana, cuando está abierto el jardín. La organización simple y sencilla de las plantas facilita la orientación de los niños y crea las condiciones ideales para un paisaje de aprendizaje y juego constantes.
La planta baja se articula a partir de un pasillo central de circulación, situado hacia el medio de la planta. A cada lado del pasillo se dispusieron un corredor más angosto y diversas aulas con sus espacios de guardado y baños correspondientes. El siguiente nivel cuenta con un pasillo perpendicular al de la planta baja y aulas con amplias ventanas que brindan vistas del entorno.
Aunque cada salón cuenta con distintos tipos de mobiliario, compuestos por mesas pequeñas, puffs individuales o largas mesas que determinan los usos a priori, al tratarse de espacios amplios sin compartimentaciones internas, pueden adaptarse según lo requiera el programa. Por otra parte, las mesas individuales pueden agruparse o combinarse de distintas maneras.
El aspecto de los interiores y los exteriores se caracteriza por un delicado lenguaje arquitectónico, que fue pensado para satisfacer las necesidades de uso del edificio. Los materiales principales que se emplearon fueron madera natural autóctona y marcos metálicos para las ventanas, combinados con detalles de colores tenues, que generan espacios amenos para los niños y maestros.
La estructura se construyó de forma mixta, con madera y hormigón, lo que permite cumplir con los requisitos energéticos y ecológicos actuales estipulados por la región. Una serie de muros para las escaleras y los espacios de servicio generan núcleos arriostrados por los elementos prefabricados de madera.