Invernadero para plantas y humanos

Una estructura mixta, esbelta y flexible, situada en El Carmen, Perú.

Fotografía Iván Salinero

Híbrido entre lo agrícola y lo doméstico, el invernadero es un escenario para la vida vegetal y humana. Dos cuerpos adyacentes actúan como dobles perfectamente asimétricos: mitad invernadero y mitad salón exterior. Su adyacencia favorece una cierta simbiosis entre dos funciones disímiles: un interior para las plantas y un exterior para las personas. La cercanía de la sala de estar al invernadero produce un microclima que condiciona la sala de estar abierta durante todo el año. La fruta va a la mesa; las manos limpian las hojas.

La arquitectura mira hacia la vernácula carretera de su entorno, a modo de catálogo de formas sobre estructuras temporales. El carácter tipológico emerge como veranda, toldo, antepatio; y propone estrategias de sombreado, ventilación, iluminación natural y modulación.

Fotografía Iván Salinero

La estructura cuenta con ladrillos recochos, recuperados de los desechos de las ladrilleras locales. Las bases de los suelos, los muros y la chimenea constituyen elementos firmes y monolíticos, impermeables al paso del tiempo.

Fotografía Iván Salinero
Fotografía Iván Salinero

Un zócalo de ladrillo se eleva dos metros para consolidar una línea de referencia para los elementos funcionales.

Cortes

El montaje de la estructura metálica, elemental y diáfana sugiere ligereza y adaptabilidad. Su pequeña escala permite desmontarse fácilmente y adoptar nuevos usos.

Fotografía Iván Salinero
Fotografía Iván Salinero

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