Agrotopia es el edificio público de Europa más grande destinado a la producción urbana de alimentos a partir de la horticultura. Con sus fachadas acristaladas, su monumental escalera de acceso, sus funciones apiladas y su innovador sistema de recuperación de aguas y reutilización del calor residual urbano, el proyecto se consolida como un hito arquitectónico del municipio de Roeselare, en Flandes (Bélgica).
Se construyó encima de la sede de REO Veiling: una importante empresa logística para la distribución de frutas y verduras. Aprovechando las vistas sobre el extenso paisaje y la ciudad, la horticultura urbana sobre tejados industriales ocupa un lugar destacado en el horizonte de Roeselare.
De esta manera, el proyecto conforma una estructura transparente de acero y cristal, que resalta tanto su función agrícola como pública. La arquitectura remata con un esbelto invernadero que se destaca sobre el cielo y apoya en la base de hormigón.
Las instalaciones de investigación de alta tecnología para el cultivo de frutas y hortalizas de hoja verde están rodeadas por un sendero educativo abierto al público en general. En cuatro zonas climáticas diferentes, los visitantes pueden apreciar el cultivo de tomates, lechugas, pimientos y fresas.
Uno de los desafíos proyectuales era conciliar las necesidades de las instalaciones de investigación dentro de un invernadero, que requiere de un entorno cálido y húmedo, con las instalaciones para los visitantes. En el clima de invernadero de Agrotopia, no solo deben prosperar las plantas; también es un lugar al que las personas acuden a aprender y trabajar.
La entrada, con una amplia escalera ascendente, conduce al sector de horticultura urbana en el corazón del edificio, donde se encuentran las instalaciones para los visitantes.
Asimismo, un pasillo conduce al invernadero de doble altura para el cultivo vertical. Este último almacena el agua de lluvia del tejado, que se utiliza para regar las plantas.
Al regar las plantas, la escorrentía se recicla y reutiliza. Lo mismo ocurre con la energía: el invernadero se calienta con la energía sobrante de la incineradora de residuos de Mirom.
Las fachadas del invernadero responden a distintas necesidades según la orientación del edificio. En el lado de la entrada, se dispusieron ventanales verticales con protecciones solares que preservan las vistas exteriores. Del lado oeste, la fachada facetada garantiza buena incidencia solar para los cultivos y vistas sin reflejos a nivel del suelo.