Para la construcción del Gimnasio de Villefranche de Lauragais, Betillon & Freyermuth Architectes acuñaron el término “Arquitectura Vainilla”, basado en el texto The Default Aesthetic, Vanilla flavored beauty del artista Etienne Cliquet, escrito en el año 2001. El texto define las bases de una estética aparecida en las primeras plataformas de internet, con interfaces despojadas y sencillas. Como explican Raphaël Bétillon & Guillaume Freyermuth, el término “vainilla” alude al sabor de helado que suele elegirse por defecto y satisface a la mayor cantidad de personas.
Algunas interfaces, como la de Indexhibit, ilustran la característica “vainilla”: a pesar de la ausencia de elementos de diseño, el minimalismo del conjunto, que deja ver la estructura con la que se enlazan los componentes, resulta atractiva. En este caso, el gimnasio es la interfaz construida que permite al cuerpo realizar actividades deportivas.
Los arquitectos sostienen que, al igual que las plataformas mencionadas más arriba, la estética por defecto o “default”, surge en sus obras mediante el pragmatismo proyectual. El nuevo gimnasio centra su foco en los espacios amplios y variados y en la materialidad de sus elementos.
El proyecto, emplazado sobre un campus escolar, se encuentra en un terreno en pendiente y articula la pista existente, un estacionamiento y un edificio de aulas. Fue concebido como un nuevo punto de encuentro y cuenta con una cancha con gradas cerca del acceso y una serie de vestuarios y servicios complementarios.
La estructura combina hormigón y perfiles metálicos pintados de blanco que sostienen la cubierta de chapa, enmarcan los grandes ventanales y dejan entrever la lógica constructiva de la totalidad. Las instalaciones a la vista y los interiores despojados, con algunas pocas intervenciones de color destacan a simple vista.