En 2014, el estudio belga FELT ganó el concurso Open Oproep, impulsado por la Municipalidad de Kortemark, para llevar a cabo una nueva escuela primaria. El edificio, finalizado en 2019, se encuentra entre medio de dos carreteras y se integra al predio existente, que cuenta con una guardería adyacente. A su vez, ofrece espacios públicos para el centro de la ciudad y cuenta con vistas al valle de Zarren.
El proyecto es un volumen compacto de dos pisos situado en el borde del terreno, lo que maximiza el espacio abierto y genera un patio de recreo que opera como plaza pública, vinculándose con el centro de la ciudad. Una franja de pasto rodea el edificio, vinculando el exterior con el interior y activando la plaza.
El edificio se caracteriza por su estructura simple y económica, que consiste en dos alas conectadas por un salón central. Esto hace que el esquema de circulación sea claro y sencillo. El ala oeste está orientada hacia el paisaje y contiene nueve aulas. El otro sector alberga funciones de carácter más público y está orientado hacia el patio de recreo y la ciudad.
Las aulas se dividen en dos tipos: las salas para preescolares, situadas en la planta baja, y los salones para los niveles superiores, ubicados en el primer piso. Ambos niveles se conectan mediante una escalera central de hormigón rosa.
En planta baja, la sala de deportes de doble altura se articula con un campo de juego al aire libre y es visible desde el comedor, situado en el primer piso.
El pasillo que vincula los salones está a eje con la unión de las cubiertas a dos aguas.
Los distintos programas que componen el proyecto se diferencian mediante el uso de colores intensos. A su vez, contrastan con las circulaciones, de colores tenues.