Fraga 297 es un conjunto de cuatro viviendas ubicado en un lote de esquina en el barrio porteño de Chacarita. Se trata de una zona arbolada, con calles de adoquines y un tejido de baja densidad, donde conviven casas, edificios de vivienda, productoras audiovisuales, galerías de arte y locales gastronómicos. El proyecto se relaciona con estas características a partir de su definición volumétrica, la permeabilidad del hall y la relación de los vacíos y expansiones con el espacio urbano.
El volumen, de la misma altura que su vecino, consolida el tejido sobre la calle Fraga, y genera a su vez un semicubierto de acceso sobre la esquina. En el interior se proyectó un vacío al norte, despegándose de la medianera y conformando un patio sobre la planta baja y una terraza en el primer nivel. Esta operación define una volumetría con tres fachadas, generando ventilaciones cruzadas y distintas visuales. Un sistema de escaleras montadas entre si articulan el acceso y la circulación vertical, resolviendo además el desfasaje de alturas interiores.
Tipológicamente se desarrolló un sistema de encastre entre las cuatro unidades del edificio, conformando un conjunto heterogéneo adaptable a distintas necesidades programáticas. Cada unidad cuenta con expansiones privadas, patios y terrazas, en continuidad con sus espacios interiores.
La materialidad del edificio está definida a través del hormigón armado con muros de mampostería blancos y revestimientos cementicios. El hall de acceso posee un cerramiento de planchuelas de hierro que enfatizan la continuidad del espacio urbano en el interior del edificio, junto al portón metálico que tamiza la luz natural y gradúa las visuales entre la vereda y el ingreso a las unidades.
Tipológicamente se desarrolló un sistema de encastre entre las cuatro unidades del edificio, conformando un conjunto heterogéneo adaptable a distintas necesidades programáticas.