El proyecto está situado en un lote típico de la Ciudad de Buenos Aires, en una zona híbrida del barrio de Villa Crespo, que se caracteriza por sus residencias unifamiliares, pequeñas industrias y comercios, y recientes desarrollos de vivienda multifamiliar. En planta baja, cuenta con un portón de color verde que brinda acceso a los núcleos de circulación vertical y se conecta con el fondo del terreno.
Para aprovechar la profundidad del lote, el edificio articula dos volúmenes separados por un patio, que distribuyen cinco unidades de vivienda con cuatro tipologías distintas, pensadas para albergar diversos usos. Asimismo, cuenta con planta baja libre, circulación común semicubierta y una serie de terrazas ajardinadas.
En su interior, las unidades disponen los sectores de servicios hacia el centro del lote, adyacentes a la circulación vertical, para liberar el perímetro y dar lugar a las habitaciones y las salas de estar. Asimismo, cada departamento cuenta con un balcón, ventilación cruzada y carpinterías con doble vidrio hermético.
Las carpinterías de vidrio, dispuestas sobre los balcones, brindan iluminación natural en la totalidad de las unidades y amplias vistas del entorno, que presenta construcciones de baja densidad y un abundante dosel arbóreo que operan como barreras visuales.
Para Gabriel Mosquera García, el hormigón armado es estructura, envolvente, espacio y expresión. A partir de esta visión integral, diseñó cada detalle del conjunto y seleccionó los distintos componentes, que articulan elementos tradicionales de la cultura constructiva porteña con la potencia expresiva de los materiales en bruto.
Por su parte, las terrazas poseen sectores de tierra que se utilizaron para plantar distintas variedades de sedum, plantas de alta montaña de bajo mantenimiento que contribuyen al confort térmico y retardan el escurrimiento del agua de lluvia.