Michael Green Architecture completó dos nuevos edificios de madera para la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Estatal de Oregón. Ambos proyectos, un centro de estudios y un laboratorio situados en el campus de la institución, fueron concebidos bajo la premisa de la Facultad de crear un entorno dinámico de aprendizaje, colaboración e investigación para la gestión y el mantenimiento de los ecosistemas forestales.
En el proceso de diseño intervinieron múltiples departamentos de la universidad y diversos grupos de usuarios, vinculados a materias que abordan la gestión de recursos, los ecosistemas, la sociedad y la ingeniería. Los edificios fueron proyectados como “laboratorios vivos” que articulan amplios espacios de intercambio y de aprendizaje.
El primer edificio, el Centro de Ciencias Forestales George W. Peavy, se integra a las complejas capas, sistemas y redes naturales de un bosque preexistente. Su estructura está compuesta por dos barras que se cruzan para conectarse con el actual Richardson Hall.
En su interior cuenta con veinte aulas, salas de informática y laboratorios. Las aulas y los laboratorios varían en tamaño y compacidad, lo que genera una gama de espacios que se adaptan a distintos métodos de enseñanza, según las exigencias de cada materia. Hacia los extremos del edificio se posicionan dos escaleras de madera con amplios ventanales en los laterales que brindan vistas hacia el entorno exterior.
El centro del proyecto consta de un atrio conformado por altas columnas de abeto. Desde allí se puede acceder al Arboreto Peavy, un bosque de dieciséis hectáreas con fauna y flora local, que brinda un aula viva para los estudiantes de silvicultura y la comunidad de Oregón.
A su vez, el edificio articula varios espacios de aprendizaje de carácter más descontracturado, situados en el tercer piso. Se trata de amplias salas con sillones y mesas que ofrecen a los estudiantes y a los profesores la posibilidad de colaborar, estudiar y enseñar en un entorno relajado entre las copas de los árboles.
El diseño de la estructura de madera responde a los elevados requisitos antisísmicos del lugar. Se desarrolló un conjunto de muros oscilantes articulados verticalmente mediante un sistema de postensado, que permite que los muros se muevan y se auto-centren durante un sismo. Se instalaron más de 200 sensores para monitorear y recoger datos sobre el comportamiento estructural, que servirán de base para el desarrollo de nuevas técnicas de construcción con madera en masa.
El segundo edificio corresponde al Laboratorio de Productos de Madera, la nueva sede del Instituto de Diseño TallWood, que reúne a la industria y al mundo académico para fomentar el desarrollo de productos innovadores en el ámbito de la construcción.
Para Michael Green Architecture, la importancia de este tipo de proyectos reside en su alcance, ya que que abarca todos los ámbitos e industrias vinculadas a la silvicultura. A su vez, reúne una gran variedad de personas que serán los administradores medioambientales del futuro: los estudiantes.
El programa requería amplios espacios que permitieran la flexibilidad necesaria para probar y adaptar maquinaria a medida que fueran necesarias. Hacia el frente se ubica un portón de grandes dimensiones para la entrada y salida de maquinaria y los accesos del personal.
El laboratorio se divide en dos naves. La primera es la zona de pruebas estructurales, que incluye un muro de reacción y un piso resistente para soportar el peso de las máquinas y las pruebas de estructuras de hasta tres pisos de altura.
La segunda nave está dotada de equipos avanzados de robótica y fabricación. Al mismo tiempo, se articulan salas orientadas a la investigación, el desarrollo y la prueba de productos y diversos tipos de tecnologías, y oficinas de capacitación profesional.
La estructura se compone de un sistema de vigas y columnas combinados con un conjunto de paneles de madera laminada.
La fachada cuenta con una serie de paneles de policarbonato traslúcidos que brindan iluminación natural. De día, los paneles lucen de color blanco y son opacos, brindando privacidad; de noche, reflejan la luz artificial interior.