El proyecto ofrece un espacio polivalente, que formará parte de un polo de equipamientos comunitarios para los distritos de Sant Andreu y Nou Barris, a construirse en los próximos años, y que además incluirá viviendas para jóvenes y personas mayores. Al tratarse del primer edificio del complejo, y con el objetivo de integrarse a los proyectos venideros, Haz Arquitectura proyectó una fachada exterior sencilla y abstracta, que se abre a una futura plaza que hará de nexo entre los diferentes equipamientos.
El programa se organiza en torno de dos patios cubiertos, situados a ambos lados del núcleo de circulación, que brindan luz y ventilación a todo el edificio. En cuanto al interior, en planta baja se encuentran la recepción, un bar y un amplio vestíbulo de entrada que funciona como foyer de la sala de actos y puede utilizarse para exposiciones y actividades diversas.
En la primera planta se encuentra un Punto de Información y Atención a la Mujer (PIAD) y diversos servicios sociales. Los pisos restantes reúnen los despachos para entidades y asociaciones del barrio, alrededor de un núcleo central.
La construcción se realizó totalmente en seco. En este sentido, se levantó un esqueleto metálico de vigas y pilares, que trabaja en colaboración con un sistema portante de paneles y techos de madera contralaminada CLT de pino radiata, que arriostran y dan estabilidad al conjunto.
El edificio fue diseñado teniendo en cuenta toda su climatización. Para contrarrestar la poca inercia térmica de la construcción en madera, el sistema de ventilación aprovecha la inercia del terreno, colocando los tubos de aire limpio en el desmonte de la ladera. Al estar situado en el subsuelo, el aire que circula por los tubos se calienta y asciende a los dos patios cubiertos que funcionan como grandes conductores.
Todos los cerramientos y puertas de los pasillos incorporan un diseño específico que permite el paso al aire de retorno por plenum hasta unas chimeneas centrales que lo conducen a la sala de máquinas de cubierta. El aire se lanza directamente sobre las máquinas, generando una atmósfera local más cálida o fresca que el ambiente exterior, lo que permite que trabajen con menor esfuerzo y consumo eléctrico. Por último, la cubierta genera 60.000W de potencia eléctrica al año gracias a las placas fotovoltaicas, lo que reduce significativamente el consumo eléctrico.