
El Centro de Investigación del Mar de Cortés parte de una certeza: el ser humano no domina la naturaleza, sino que forma parte de ella. En lugar de controlarla, debemos encontrar una relación simbiótica con el entorno. El proyecto, concebido como una “ruina” (pasada o futura), recuperada por la naturaleza, abre una ventana hacia lo oculto. Se presenta como un centro educativo y de investigación para uno de los ecosistemas más diversos del planeta: el Mar de Cortés.


El centro forma parte de un programa de revitalización del Parque Central de Mazatlán y amplía su dimensión pública, natural y cultural. A través de una experiencia educativa sobre los ecosistemas marinos y costeros del Mar de Cortés, el edificio integra exposiciones permanentes y temporales, laboratorios, auditorios, plazas públicas, áreas administrativas y zonas de conservación de especies endémicas.

El edificio fusiona la naturaleza marina y terrestre con una arquitectura que no parece encajar en ninguna tipología preestablecida. A modo de prolongación del paisaje, el proyecto incorpora grandes tanques marinos que albergan ecosistemas vivos, permitiendo al visitante observar e interactuar con la fauna marina. Además, incluye espacios dedicados a la rehabilitación y conservación de especies. Una estructura ortogonal de muros de hormigón pigmentado organiza el conjunto: programa, estructura, envolvente, instalaciones y conexión con el espacio público conviven en una lógica compartida. La disposición irregular de los muros extiende el edificio hacia el entorno, integrándose al terreno y consolidando su estabilidad.


Desde el exterior, el recorrido público permite subir desde la ciudad hasta la cima del edificio. La secuencia culmina en una plaza de acceso central, desde la cual se despliegan las distintas exhibiciones acuáticas –mar abierto, costas y bosques– y los programas interiores. El edificio se distribuye en tres niveles. La planta baja reúne las áreas administrativas, el ingreso escolar, los servicios públicos y las instalaciones para la conservación marina. En el primer nivel se desarrolla la plaza de acceso general, las salas de exhibición y los espacios técnicos asociados a los grandes tanques. También incluye servicios y áreas de soporte para los equipos de inmersión. El segundo nivel concentra los equipos e instalaciones complementarias.

El Centro de Investigación del Mar de Cortés se integra al paisaje como una presencia firme pero porosa. Su vocación es clara: devolver a la naturaleza un lugar activo dentro del mundo humano. Una arquitectura que no solo interpreta su contexto, sino que lo restituye.

