Ubicado en el último nivel de un edificio residencial en el barrio porteño de Palermo, el proyecto de Ana Smud y Daniel Zelcer transforma y amplía un departamento de dos plantas –que incluía una terraza– en un pequeño oasis de domesticidad urbano. Por otra parte, su diseño explora la dimensión programática y temporal del habitar a través de un sistema de paneles que permiten ajustar los espacios de acuerdo con las necesidades del usuario.
El proyecto consiste en la ampliación de un departamento sobre la azotea del último piso de un edificio en el barrio de Palermo, Buenos Aires, que pretende recrear un pequeño mundo doméstico y generar la sensación de vivir en una cabaña en el medio de la ciudad; un lugar cálido que invite a la contemplación.
La experiencia de habitar el lugar ofrece distintas perspectivas: a veces una mirada lejana al paisaje urbano y otras una contemplación íntima de sus patios.
La propuesta duplica la superficie del departamento existente. Se decidió construir el mayor espacio posible para responder a los requerimientos programáticos y de uso del cliente: por un lado, una relación fluida con el espacio exterior y, por el otro, una vivienda que se adapte a las necesidades de sus habitantes a lo largo del tiempo.
El proyecto consta de tres niveles: el primero y existente se intervino para dar lugar a un estar y una cocina, dos espacios que pueden separarse o integrarse gracias a un sistema de paneles corredizos ocultos. Sobre este nivel existía una terraza a cielo abierto, en la que se desarrollaron espacios de descanso y de trabajo, articulados por un núcleo de servicios central y dos patios, utilizando un sistema de construcción liviano. La ubicación del núcleo permite liberar el perímetro y, de este modo, maximizar el ingreso de luz natural. La ubicación de los patios permite que cada ambiente establezca una relación directa con un espacio exterior.
En el tercer nivel se proyectó una terraza jardín como espacio de expansión y contemplación con vegetación nativa de altura.