“Construir una casa en lo alto de una colina, como el mismísimo Palladio: el sueño de todo arquitecto. Proyectamos una casa en las afueras de Madrid, en un lugar que, a pesar de las arquitecturas circundantes, guarda cierta similitud a los sitios de algunas villas de Palladio. Tratamos de aprender algunas lecciones del maestro.
La colina cuenta con vistas que se revelan cada vez más bellas a medida que se asciende. Al llegar al punto más alto, se vuelven extraordinarias: la sierra de Madrid, el Guadarrama, y la cornisa oeste de la ciudad.
Propusimos una planta cuadrada de doce por doce metros, dividida en nueve cuadrantes iguales de cuatro por cuatro metros. Una planta flexible, donde todo es posible.
Las funciones se ubican en los puntos más convenientes, alla maniera palladiana. En el semisótano, el basamento rustico, se encuentran las estancias de servicio. En el piano nobile, la planta baja, se dispusieron el recibidor, la cocina, el comedor, una sala de estar más íntima, y otras dependencias. La mezzanina, la planta primera, articula los dormitorios.
En el último nivel queríamos atrapar un trozo de cielo. Para ello, proyectamos un espacio único, transparente y continuo, bajo un gran techo de sombra. Una urna de cristal que se retira un poco de los bordes, creando un porche abierto.
Dado el clima de Madrid, el belvedere será el espacio más hermoso de la casa. El suelo será de la misma piedra utilizada en la fachada, es decir, la piedra de Colmenar.
Una vez más el plano horizontal en todo lo alto. Uno de los más eficaces mecanismos de la arquitectura que es posible gracias a la tecnología actual. Y una vez más el podio estereotómico, más pesante, más cerrado, más privado, en piedra, sobre el que está ubicada la cabaña tectónica más ligera, más abierta, más pública, realizada en vidrio y acero.
Cuando Mies van der Rohe visite la casa, le escribirá un WhatsApp a su amigo Palladio para que vaya a visitarla. Palladio responderá que ¡ojalá! él hubiera tenido los medios para hacerlo así. Mies nos dirá que algo de esto pasaba por su cabeza cuando hizo el proyecto de su Casa 50×50.”
Alberto Campo Baeza
