Daniel Mangabeira, Henrique Coutinho y Matheus Seco, integrantes del estudio brasilero BLOCO Arquitetos, proyectaron una vivienda situada en una zona rural de la ciudad de São Jorge, sobre una pequeña colina frente al Valle de Segredo y cerca del Parque Nacional de Chapada Dos Veadeiros. La casa consta de dos edificios lineales y complementarios: una casa y un pequeño estudio.
Uno de los miembros de la familia es arquitecto paisajista y trabaja con especies nativas de la ecorregión del Cerrado, y con la preservación y recuperación de especies del bioma de la zona. El estudio será su oficina y albergará actividades artísticas y educativas vinculadas con el Cerrado, además de funcionar como un anexo a la casa.
El proyecto fue pensado como un experimento que propone una forma particular de habitar la región, teniendo en cuenta sus particularidades, su preservación y las posibilidades de coexistencia equilibrada entre el hombre y la naturaleza.
El sistema estructural de ambos bloques consta de dos partes que funcionan en conjunto: el núcleo de hormigón visto y ladrillo macizo, y la cubierta de madera laminada encolada. El objetivo era combinar las habilidades: por un lado, la mano de obra local y los materiales de construcción tradicionales, y por el otro una gran estructura ligera prefabricada a distancia y montada in situ.
Tanto la casa como el taller poseen niveles internos adaptados a la topografía y están ligeramente elevados del suelo para minimizar el movimiento de tierras y evitar la entrada de animales. Además, el núcleo de hormigón y ladrillo varía sus dimensiones internas para la distribución del programa y añade a su propia estructura partes del mobiliario fijo, como las estanterías y armarios en el estudio y la cocina, la parrilla y los bancos en la casa.
El tejado que cubre todos los volúmenes posee una sola pendiente que sigue la inclinación general de la topografía de cada lado del terreno. Está atravesado por hileras de canaletas destinadas a recoger las aguas pluviales. Así, el agua de lluvia se filtra y se almacena en pequeños tanques en los puntos más bajos del emplazamiento y se bombea periódicamente mediante bombas alimentadas por energía fotovoltaica a un tanque de almacenamiento proyectado de 40.000 litros, ubicado en el punto más alto del sitio.
Esto permitirá que el funcionamiento de los dos edificios a lo largo del año se apoye también en la reutilización del agua recogida durante la estación lluviosa de la región, minimizando así el uso de agua de la red de suministro local.
Las fachadas poseen un sistema de ventanas y puertas corredizas con marcos metálicos y amplios paños vidriados, que configuran una relación de proximidad con los exteriores, y disfrutar de las vistas generosas que ofrece el paisaje circundante.
Por otra parte, la vivienda articula espacios de circulación exteriores que brindan acceso a una pequeña terraza en desnivel de hormigón, con vistas hacia las sierras, y hacia un sector semicubierto con parrilla incorporada, para reuniones familiares y de amigos.