El proyecto para la vivienda situada en Saint-Donat-de-Montcalm parte de la premisa de conservar un manzano preexistente, que forma parte de los recuerdos de la infancia del cliente. El manzano representa sus primeros encuentros con la naturaleza de niño, y la continuidad de esa conexión años más tarde, cuando recogía frutas con sus propios hijos.
Para integrar el árbol de forma tal que respondiera al deseo de la familia de difuminar los límites entre el interior de la casa y el entorno natural exterior, ACDF proyectó una estructura mixta, liviana y vidriada.
Dos losas de hormigón revestidas con marcos de aluminio macizo definen los límites horizontales de la estructura. En el centro, para permitir la replantación del manzano, se creó un pequeño patio que maximiza la luz natural, y enmarca las vistas hacia el cielo y las copas de los árboles.
Entre las losas se insertaron tres volúmenes de madera. El primero alberga el garaje y la zona de servicio de la casa; el segundo articula los dormitorios para los niños; y el tercero enmarca el dormitorio principal.
Todos los espacios interiores mantienen las conexiones visuales tanto con el entorno natural como entre sí, gracias al patio central abierto que alberga el manzano.