El proyecto consiste en una reforma interior de una antigua oficina, transformada en vivienda, y está ubicado en la última planta de un edificio de los años 60, en el Ensanche de Bilbao.
Su nombre, Bugartoi, es un término vasco del mundo náutico que se refiere a una pieza de madera curvada utilizada en la construcción de un navío, y responde a la elección, por parte de los arquitectos, de una geometría curvilínea que modula y define el espacio.
Esta geometría genera una secuencia de ambientes continuos y flexibles que culmina en el dormitorio principal.
El programa funcional está compuesto por una zona diurna de cocina, comedor y estar, y una zona privada, nocturna, con dos dormitorios. El principal con un baño integrado.
La luz fue un aspecto fundamental a la hora de concebir el diseño, ya que su incidencia sobre las superficies curvas provoca variaciones en la intensidad de sus reflejos, que parecen transformar el espacio.
Una piel de piezas triangulares de madera lacada en color azul, realizadas por un carpintero local, es el revestimiento principal y característico del proyecto.
El efecto de volumen que produce esta textura en las curvas hace que éstas destaquen dentro del ambiente.
El suelo que recorre la reforma es un suelo continuo de resinas epoxi de color gris con la intención de acompañar y acentuar la continuidad espacial.
El resto de acabados se limitan a ser simples y neutrales, cuidando minuciosamente la elección de mobiliario para que esta contribuya al carácter único de este proyecto.