Situada en la campiña de Moravia, la Bodega Lahofer fusiona la larga tradición vinícola de la región con un diseño contemporáneo en constante diálogo con los viñedos que la rodean. Partiendo de los procesos de elaboración del vino y el programa requerido, el edificio reúne tres estructuras distintas interconectadas: el sector de producción, la base administrativa de la bodega y un centro de visitantes con sala de degustación contigua.
El proyecto cuenta con una estructura abovedada, inspirada en las bodegas arquetípicas de la región, que se apoya sobre una retícula de vigas arqueadas. Exteriormente, la estructura se extiende y conforma un techo que se despega gradualmente del piso, articulando un anfiteatro al aire libre.
El anfiteatro es un espacio abierto que emerge entre las vides y cuenta con pequeños escalones donde las personas pueden sentarse y apreciar las vistas panorámicas hacia las plantaciones. Este espacio se utiliza además para eventos culturales, celebraciones de la vendimia local y representaciones teatrales.
Los arcos de hormigón armado fueron diseñados individualmente y cada uno cuenta con un ángulo específico. Asimismo, su separación está determinada por la distancia entre las hileras de viñas. Cada módulo se eleva desde una hilera y atraviesa el espacio, logrando una perfecta simetría visual y guiando la mirada del espectador a través de los viñedos.
El centro de visitantes se sitúa sobre la fachada vidriada que se orienta al sur y cuenta con vistas de los viñedos. Allí los visitantes pueden probar los productos de la bodega dispuestos en barricas y acceder a la sala de degustación contigua, que cuenta con mesas, sillas, una barra y estanterías para exhibir los vinos.
El techo cuenta con una pintura mural realizada por el artista contemporáneo checo Patrik Hábl. Sus trazos cortos e irregulares trazos van desde los rojos y negros terrosos hasta los marrones y beiges, que recuerdan al terruño y a las variaciones de color de la tierra.
La bodega dispone su producción en dos salas de distintas alturas. La primera, de menor altura, centraliza el proceso de producción de vino y las instalaciones para los empleados. La segunda articula elementos que requieren temperaturas más bajas, como la prensa de vino, la bodega y el almacén.
Por otra parte, el proyecto cuenta con dos patios que median entre los interiores y los viñedos y cumplen funciones específicas. El primero es una zona operativa y centraliza las prensas de logística y producción. El segundo, situado frente al anfiteatro, es un área de recepción para los visitantes.
“En un momento en el que la cultura y la naturaleza parecen ser fuerzas antagónicas, imaginamos un espacio que refleje la larga simbiosis entre ambas en la región y que respete profundamente el entorno en el que se asienta.” — Ondřej Chybík, Michal Krištof