Beyond-the-family Kin es un espacio residencial diseñado para facilitar el proceso de envejecimiento en un entorno hogareño. Este proyecto opera como parte de una red de infraestructuras que impulsa un movimiento social innovador enfocado en permitir que las personas envejezcan en sus propios hogares.
Con el objetivo de contrarrestar la creciente tendencia al aislamiento de los adultos mayores o su dependencia de residencias institucionalizadas, esta iniciativa fomenta distintas formas de cuidado intergeneracional, tanto dentro como fuera del entorno familiar convencional. Además, ofrece herramientas tecnológicas y estrategias financieras para respaldar la calidad de vida de quienes residen en este tipo de vivienda.
Ubicado al final de una hilera de casas en las afueras de Madrid, el proyecto se organiza en tres plantas con diferentes niveles de autonomía e interdependencia. Ninguna planta se ajusta completamente a las necesidades de una familia convencional.
La planta baja, accesible desde la calle por una rampa corta, ofrece espacios adaptados para una pareja mayor con dificultades de movilidad.
En el piso superior, dos habitaciones pensadas para familiares frecuentes dentro de la red familiar ampliada, flanquean una sala de estar.
La planta inferior es un apartamento de un dormitorio que la pareja podría alquilar, aportando a su estabilidad financiera o bien para un cuidador o cuidadora, en caso necesario.
Una secuencia de terrazas escalonadas alberga múltiples actividades dentro del proyecto, fomentando la interacción entre los residentes y conectándolos con las redes comunitarias del vecindario. La terraza frontal crea una estrecha relación con la calle, promoviendo la formación de una comunidad en contraposición a las típicas casas adosadas que privilegian patios traseros más aislados. El espacio incluye macetas móviles y una colmena en la azotea, como parte de un sistema de granjas urbanas arraigado en el vecindario, a pesar de las recientes divisiones y densificación. Además, se ofrecen oportunidades de jardinería en distintas áreas del proyecto.
Una piscina pequeña ofrece un espacio para hacer ejercicio.
La arquitectura, con una forma distintiva que evoca las instalaciones industriales suburbanas y una paleta de colores sobrios, busca convertirse en un punto central en el barrio, actuando como un nodo fundamental para la vida social.
Por último, una serie de estrategias formales y tecnológicas están interconectadas para mejorar la eficiencia energética y medioambiental del proyecto. El diseño de la casa permite que la mayoría de las habitaciones tengan múltiples fachadas, facilitando la ventilación cruzada y la refrigeración natural. Además, una escalera actúa como conducto de ventilación, potenciando este efecto.
Las ventanas en el techo del salón, con un diseño en diente de sierra, mejoran la iluminación y también la ventilación. Las lamas automatizadas en las ventanas controlan el calor y la luz desde diferentes direcciones, y, en el tejado, la presencia de paneles solares alimenta un sistema altamente eficiente de calefacción y refrigeración mediante suelos radiantes.
Estos sistemas, junto con una fachada ventilada, aseguran que el proyecto no necesite aire acondicionado incluso en condiciones meteorológicas extremas. Estas estrategias, diseñadas para mejorar la calidad de vida de los residentes mayores, también se comprometen con la preservación de los recursos para las generaciones futuras.
