Los aularios de la Unidad Educativa Marista fueron diseñados por la oficina ecuatoriana Espinoza Carvajal Arquitectos, y se implantan junto a un conjunto de edificios existentes que alojan usos administrativos, deportivos y laboratorios.
El proyecto para la ampliación de los aularios de la Unidad Educativa Marista –situada en el centro norte de Quito, a 2.900 metros sobre el nivel del mar– se encuentra sobre una ligera colina que domina el barrio de El Inca y mira hacia el norte de la ciudad. Las autoridades solicitaron realizar dos edificios que, implantados al oeste de los bloques existentes del colegio, pudieran incrementar el número de aulas de manera que se satisfaga la creciente demanda de estudiantes entre 11 y 17 años.
El proyecto identificó variables de territorio, economía, educación y pensamiento, en conjunto con las posibilidades técnicas de la arquitectura e ingeniería, para configurar así un proyecto integral. El diseño atravesó diversas etapas, que incluyeron talleres y reuniones junto a un grupo de autoridades, profesores, representantes estudiantiles y planificadores, en las que se analizaron teorías, parámetros y normativas para estructurar las bases teóricas y programáticas de la intervención, además de las estrategias de diseño y planificación. Por otra parte, fue indispensable generar ejercicios metodológicos en el sitio a partir de la experiencia directa del usuario y la observación de sus necesidades.
Teniendo esto en cuenta, se diseñó un proyecto de 2.910 metros cuadrados que logró dar un orden al conjunto y modular el gran vacío existente. La obra y el proceso de construcción, se desarrollaron mediante un sistema de optimización de recursos.
La escala del proyecto llevó a los arquitectos a sistematizar el proceso constructivo y determinar desplazar bloques independientes y regulares para ordenar el vacío e incorporar dispositivos flexibles que se adapten al lugar y a las construcciones existentes.
El proyecto define una plataforma‐hito de arranque como la línea rectora del edificio, lo que integró variables naturales y derivó en una construcción equilibrada de las plataformas de fundación de las distintas partes. Asimismo, los desplazamientos de los bloques sobre el lote responden a las preexistencias del lugar: bosque, ciudad, construcciones existentes, relleno artificial, suelo existente y paisaje urbano.
A través del desplazamiento de los diferentes bloques se forma un conjunto en forma de “S” compuesto por cinco piezas ortogonales moduladas a partir de espacios de retícula variable, separados por juntas y a la vez unidos por puentes, desarrollando un sistema flexible y adaptable que concentra y dirige. Se construyó un campus de tres bloques que articulan los laboratorios, las canchas y el área administrativa. Además, esta decisión permitió incrementar el número de laboratorios, incorporar un cuarto de racks, y construir un acceso peatonal principal.
Los distintos espacios que conforman el aulario se caracterizan a partir del uso o la ausencia del color, destacando elementos estructurales o cerramientos con la utilización de fondos neutros y figuras expresivas.
La repetición, vinculada a la eficiencia y estandarización de las partes del proyecto, construye la expresión arquitectónica de los aularios. No solo provoca un movimiento ilusorio del objeto; en efecto, este cambia, pero es el observador el que percibe su propio movimiento reflejado en la modificación del objeto. Ante la aparente aleatoriedad, el ojo busca el orden y se desplaza, la perspectiva arregla la posición de los elementos y crea un volumen que se extruye del edificio o un túnel que genera profundidad.
Partiendo del contraste de color entre elementos estructurales y no estructurales, se caracterizó a los espacios aplicando un fondo neutro y figuras expresivas. En medio de la regularidad aparece un punto álgido del proyecto, un espacio donde confluyenmuchas variables; es el caso de las juntas constructivas entre bloques: espacios que acogen las circulaciones verticales y las salas de trabajo para docentes, en las cuales se genera un contrapunto con la regularidad y el fondo neutro del proyecto. En estasáreas el uso no condiciona la materialidad de los sistemas de cobertura y el espacio se nutre tanto del contexto inmediato como del carácter de sus vacíos. En la yuxtaposición se perciben todas las variables en simultáneo: las distintas cualidades de los bloques, las relaciones entre los recorridos inferior y superior, la repetición, el color, la gradualidad de vacíos y el contexto inmediato.–